Los problemas que más enfrentan las instituciones de la región, van desde la calidad de la educación online, a la deserción de estudiantes que no logran sumarse con éxito al sistema.
Los desafíos son grandes de cara al 2030 y la educación tiene un nuevo norte totalmente distinto al que tenía hace un año, antes del inicio de la pandemia. Incorporar la enseñanza online se hizo obligatorio desde 2020 y es algo que no cambiará en el futuro, pues esta metodología llegó para quedarse, con el compromiso de ir aumentando su calidad.
Así lo explica Jorge Yutronic Fernández, consultor internacional en gestión universitaria y educación superior y uno de los expositores principales del Congreso Edutic Online 2021, que se realizó en el mes de mayo y que contó con la participación de varios países de la región.
El profesional asegura que la proyección hacia 2030 considera una combinación de educación en línea y educación presencial en forma adecuada para cada asignatura.
“Los nuevos modelos de educación hacia 2030 están siendo concebidos a partir de los aprendizajes que se están logrando en los procesos actuales, y del significativo stock de conocimientos que se ha ido generando. Hay dinamismo a nivel internacional y es temprano para conclusiones definitivas”, agrega Yutronic.
“Hoy se presentan oportunidades en el mundo Post Pandemia, específicamente en la oferta de nuevos programas híbridos con diferentes porcentajes de horas en presencial y virtual, y la de una mayor cobertura geográfica. Adicionalmente, un aumento en la productividad y eficiencia en la ratio profesor/alumno, por el mayor volumen de ocupación que permite el aula virtual. La educación virtual llegó para quedarse. El mayor obstáculo a una mayor oferta de educación virtual en el 2030 sería una regulación que no acompañe los cambios”, agrega por su parte Mariana Rodríguez, Presidenta de Empresarios por la Educación – EXE, emprendedora y gestora de instituciones de Educación Superior en Perú, quien es parte de los conferencistas internacionales del Congreso.
Javier Martínez, consultor internacional de educación y parte del panel internacional de este evento educacional, asegura que se necesita establecer un proceso transparente y colectivo de reflexión para extraer lecciones de lo que está ocurriendo y a partir de ahí, definir hacia dónde se quiere ir. “La educación va a ser (siempre lo fue) una necesidad de por vida y no solo hasta los 25 años. Las universidades perderán el monopolio de los títulos que cada vez serán menos importantes para acceder al mundo laboral (hoy son el único pasaporte para tener un trabajo y las universidades se han aprovechado de ese privilegio para hacerse imprescindibles). Las grandes empresas ya entregan certificaciones más valiosas que las universidades, hay cada vez más entidades ofreciendo programas cortos y actuales que te habilitan para acceder a un puesto de trabajo (la universidad no puede competir en rapidez para diseñar programas y para actualizarlos)”.
Tras el análisis de los expertos internacionales, podemos enlistar los desafíos que nacen tras la pandemia, mirando hacía el año 2030:
- Nuevos programas: Crear programas según las características de los alumnos: Por ejemplo, teniendo presente las diferencias entre matemáticas y física experimental, y así en la mayoría de los casos. Y, muy importante, teniendo presente las diferentes necesidades de los estudiantes.
- Rediseño del proceso: En el mundo virtual mantener 50 carreras iguales con 200 profesores que dictan las mismas materias, no es lo más efectivo. Se debe realizar un rediseño completo del proceso educativo, mediado por tecnología, formal e informal, y nutrido por multitud de fuentes (YouTube, comunidades de aprendizajes, acceso a expertos y tutores, artículos, talleres, cursos cortos y eminentemente prácticos”.
- Educación híbrida: Se presentan oportunidades en el mundo Post Pandemia, específicamente en la oferta de nuevos programas híbridos con diferentes porcentajes de horas en presencial y virtual, y la de una mayor cobertura geográfica. La educación virtual llegó para quedarse. El mayor obstáculo a una mayor oferta de educación virtual en el 2030 será contar con una regulación que no acompañe los cambios.
- Nuevos modelos de educación: Los nuevos modelos de educación hacia 2030 están siendo concebidos a partir de los aprendizajes que se están logrando en los procesos actuales, y del significativo stock de conocimientos que se ido generando. Hay dinamismo a nivel internacional y es temprano para conclusiones definitivas.
- Deserción estudiantil: Se observan diferentes situaciones institucionales: en algunos casos la deserción es moderada, en otros es alta. Es crítica la capacidad de las instituciones para abordar la retención en las circunstancias actuales, y se observan asimetrías entre ellas. La crisis pandémica ha agregado factores adicionales para la deserción: limitaciones de infraestructura digital; inequidad en el acceso y uso; dificultad de atención y estrés, interferencias domésticas; insuficiente preparación para educación virtual efectiva; insuficiencia económica. A futuro, la educación virtual utilizará modelos y metodologías que facilitarán el compromiso y permanencia de los estudiantes, principalmente a través de experiencias empáticas, de calidad y efectivas en los aprendizajes, en la colaboración y en su desarrollo personal según sus intereses.
- Armonización curricular: Preparación de docentes y estudiantes para la educación virtual. Esta preparación debe ser técnica, psicosocial, ambiente familiar, entre otros aspectos y buscar los apoyos complementarios que son necesarios para estudiantes y profesores, el desarrollo de resiliencia y capacidad de adaptación e innovación, así como la formulación de nuevas políticas públicas efectivas.
- Los nuevos docentes: Veremos cambios en los perfiles de los docentes. Tendremos docentes menos catedráticos y más gestores y facilitadores de experiencias de aprendizaje. Tendremos docentes especialistas dedicados al desarrollo de contenido y experiencias de aprendizaje.
- Dividir lo presencial de lo virtual: Se debe determinar los componentes de la educación que se pueden realizar bien en forma virtual y otros que requieren actividad presencial y gestionar las soluciones para estos últimos. Revisar los métodos aptos para educación virtual y métodos que no lo son.
- Asegurar el aprendizaje de los alumnos: Hay que replantearse cómo comprobar qué las personas aprenden (si estudiar/memorizar no tiene sentido, hacer un examen de respuesta múltiple es una pobre manera de evaluar aunque de nuevo, barata y masiva). Hay que analizar cuándo y dónde aprender y de qué forma apoyarnos en la tecnología. Acordar quién participa en el proceso educativo.
- Retener a los alumnos: La ventaja para el estudiante con la educación virtual, es que tienen al alcance de la mano, la posibilidad de elegir qué le interesa aprender y cómo. Antes estaba condicionado por la oferta que le quedara cerca de su casa, hoy la oferta es mundial lo que es un desafío para las universidades: si no ofrezco programas interesantes y bien diseñados, pierdo a mis alumnos porque ahora compito con todo el mundo.
Todos estos temas y los desafíos que se avecinan fueron tratados en el 2° Congreso Edutic Online “La Educación en Transformación”, que se realizó entre el 11 y 13 de mayo y en el que participaron más de 13 países, 230 instituciones de educación, más de mil participantes y 90 expositores.