Vicenta Bienvenida Sarmiento
30 de octubre de 1804, San Juan – 21 de marzo de 1900, San Juan
Biografía:
Vicenta nació en San Juan. Sus padres, Paula Albarracín y José Clemente Sarmiento, tuvieron quince hijos y sólo llegaron a la edad adulta Paula, Bienvenida, Domingo, Rosario y Procesa. Paula y Vicenta, hermanas mayores de Domingo Faustino Sarmiento, influyeron en muchas de las acciones de su hermano.
Las Sarmiento se formaron en las más diversas artes: idiomas, pintura, teatro, bordado y telar. Menos Paula, la mayor, todas se dedicaron a la educación: fundaron colegios, escuelas de arte, fueron profesoras, directoras y ejercieron cargos de gestión.
Vicenta participó activamente en el mundo intelectual de la época.
Fray Justo Santa María de Oro, tío de ellos, fundó en 1835 en San Juan un colegio gratuito para niñas. La muerte de Fray Justo impidió que se llevara a cabo el proyecto, pero años más tarde los Sarmiento lo retomaron y así nació el Pensionado de Santa Rosa para Señoritas, dedicado a la enseñanza primaria y secundaria. Domingo Faustino nombró como vicedirectora a su hermana Vicenta Bienvenida y además dictó unas horas de clase en la misma institución. Esta primera etapa del pensionado fue breve, ya que al poco tiempo los hermanos debieron partir al exilio en Chile.
Una vez instaladas allí, Vicenta y Procesa dieron vida al colegio San Juan y Santa María, donde desarrollaron una importante acción educativa que les permitió obtener una buena reputación en la zona. Al poco tiempo, la institución fue reconocida como “el colegio de las Sarmiento”.
En 1853 la familia Sarmiento regresó a San Juan, donde fundó una escuela particular en la que trabajaron activamente. Pero cuando Domingo fue elegido gobernador de San Juan, llevó a Vicenta a trabajar con él en la nueva escuela que había fundado, el Colegio Central de Señoritas, destinado a formar preceptoras, y que devino en antecedente de las futuras escuelas normales. Allí Vicenta Bienvenida fue nombrada directora.
Seguramente Sarmiento se inspiró en su hermana Vicenta Bienvenida para escribir estas palabras sobre la educación de la mujer: “Yo os enseñaré el camino, y os enseñaré a vencer las dificultades que lo embarazan. Haré cuanto esté á mis alcances para sembrar de flores la árida carrera, que vais a emprender, y que debe prepararos para volver al seno de vuestras familias, a desempeñar con acierto los delicados deberes que la naturaleza y la sociedad han impuesto a vuestro sexo.”
Vicenta complementó su vocación docente con la del arte del tapiz, por herencia materna. Gracias a sus tejidos y bordados, sus dibujos y pinturas, se convirtió en una artista reconocida: recibió varias distinciones en las exposiciones donde presentó sus trabajos.
En la historia social de nuestro país en el siglo XIX la Sociedad de Beneficencia tuvo una gran relevancia. Marcó caminos en las políticas sociales del Estado de ese tiempo. Vicenta Bienvenida estuvo a cargo de esta institución en 1867 y en 1881. Participó de diversas acciones de protección y alfabetización de la infancia. Se dedicó también a la formación de formadores en el área de la docencia. Además, tuvo una actuación ejemplar durante la epidemia de fiebre amarilla que asoló la ciudad de Buenos Aires en 1871, ayudando a las víctimas de la tragedia.
En los últimos años de su vida escribió el libro Algunos rasgos de la vida de Domingo Faustino Sarmiento, donde mostró, más allá de su actuación como político y funcionario público, un Sarmiento íntimo.
Falleció en San Juan, a los 96 años. No percibió jubilación, ya que durante los años en los que ejerció la docencia, no cobró sueldo fijo, apenas mínimas retribuciones para su subsistencia.
Obra:
- Rasgos de la vida de Domingo F. Sarmiento / Bienvenida Sarmiento; advertencia y biografía por Antonio P. Castro.(1946)