Hoy miércoles les traemos unos chistes escolares con foco en el General San Martín, pero como todos saben siempre tratando con mucho respeto la figura del Padre de la Patria, el humor es cosa seria, así que vamos…
Un poco más de risas en el mes de las Infancias!!!
A ver alumnos:
* ¿De que color era el caballo blanco de San Martín?
Algunos respondieron:
– Y como vamos a saber???!!!
¯\_(ツ)_/¯
– Oiga, quiero llegar a General San Martín.
* Pues, entonces, tendrá que comprar usted un sable, un caballo blanco, unas botas, espuelas.
* Pues sí, muy extraño: ese caballo siempre pide agua mineral sin gas.
En la escuela la maestra pregunta:
* ¿Por qué llegas tarde Juanito?
– Ay maestra, es que venía en mi caballo, se echó y no quiso seguir caminando.
* ¿Y tú Carlitos por qué llegas tarde?
– Ay maestra, es que mi caballo, se echó y no quiso seguir caminando.
* ¿Y tú Pepito por qué llegas tarde? ¡Tú no tienes caballo!
– Ay maestra, con tantos caballos echados, no podía pasar…
Dice la profesora:
* A ver, les voy a hacer dos preguntas y quien me conteste la primera bien, la segunda ya no la tiene que contestar.
* Jaimito, ¿cuántos pelos tiene un caballo?
– Tiene 200.588.901 pelos.
Entonces, dice la maestra:
* ¿Y tú cómo lo sabes?
– ¡Ah, ya no, ésta ya es la segunda!
Una señora recorre el museo dedicado a San Martín. Está cansada de tanto caminar, así que ve una silla y sin pensarlo dos veces, se sienta. El guardia del museo le pega un grito:
– Señora! Ésa es la silla del General San Martín…
* No se preocupe hombre, en cuanto él vuelva, yo le dejo el lugar!
Anécdotas del General San Martín
~ San Martín niño ~
Un bebé que nació en Yapeyú y fue primero gurí, como se les dice coloquialmente a los chicos en el nordeste de nuestro país. Y luego se convirtió en chaval, al vivir como un pibe andaluz en Málaga.
“[…] Sus compañeros de infancia fueron los pequeños indios y mestizos a cuyo lado empezó a descifrar el alfabeto en la escuela democrática del pueblo de Yapeyú […]” Mitre, Bartolomé. “[…] sus condiscípulos de escuela […] en bandos de guaraníes y portugueses, para hacer guerras infantiles como aquellas reales entre cuyo estrépito había nacido”. Sarmiento, Domingo Faustino
No es de extrañar que los juegos de la época fueran un teatro donde se representaban roles y guiones ligados a combates ya que, tanto en España como en América, los enemigos –moros en otro tiempo, ingleses, indios, portugueses- acechaban a la metrópoli española y a sus colonias.
Seguramente José Francisco: “[…] Oía con frecuencia contar a sus padres las historias de las pasadas guerras de la frontera con los portugueses […]. Su sueño infantil era con frecuencia turbado por las alarmas de los indios salvajes que asolaban las cercanías. […]” Mitre, Bartolomé
~ Las Máximas a Merceditas ~
En 1825 José de San Martín redactó doce máximas para su hija Mercedes Tomasa de San Martín, que tenía entonces 9 años. Quiso de esta manera contribuir a que Merceditas (que 2 años antes había quedado huérfana de madre) lograra alcanzar la felicidad en su vida.
1.- Humanizar el carácter y mostrarse sensible aun con los insectos.
2. Inspirar amor a la verdad y odio a la mentira.
3. Inspirar gran Confianza y Amistad, pero uniendo el respeto.
4. Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.
5. Respeto sobre la propiedad ajena.
6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
7. Inspirar sentimientos de indulgencia hacia todas las Religiones.
8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
9. Que hable poco y lo preciso.
10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
11. Amor al aseo y desprecio al lujo.
12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.
~ San Martín, el abuelo ~
Merceditas entró llorando en la habitación donde se encontraba el abuelo, lamentándose de que le habían roto su muñeca preferida y de que ésta tenía frío. San Martín se levantó, sacó del cajón de un mueble una medalla de la pendía una cinta amarilla y, dándosela a la nieta, le dijo: − Toma, ponle esto a tu muñeca para que se le quite el frío. La niña dejó de llorar y salió de la habitación. Un rato después entró la hija del prócer (Mercedes Tomasa), madre de Merceditas, y dijo a San Martín: − Padre, ¿no se ha fijado usted en lo que le dio a la niña? Es la condecoración que el gobierno de España dio a usted cuando vencieron a los franceses en Bailén. San Martín sonrió con aire bonachón y replicó. − ¿Y qué? ¿Cuál es el valor de todas las cintas y condecoraciones si no alcanzan a detener las lágrimas de un niño?.
- Serás lo que debas ser o no serás nada.
- La biblioteca destinada a la educación universal, es más poderosa que nuestros ejércitos.
- El hombre bajo todo gobierno será el mismo, con las mismas pasiones y debilidades.
- Mi nombre es lo bastante célebre para que yo lo manche con una infracción a mis promesas.
- La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.
- Si hay victoria en vencer al enemigo, la hay mayor cuando el hombre se vence a sí mismo.
- Una derrota peleada vale más que una victoria casual.
- Un buen gobierno no está asegurado por la liberalidad de sus principios, pero sí por la influencia que tiene en la felicidad de los que obedecen.
- No hay revolución sin revolucionarios.
- La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien.
- Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla.
- La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes.
- En defensa de la patria todo es lícito menos dejarla perecer.
- Hace más ruido un hombre gritando que cien mil que están callados.
- Si somos libres, todo nos sobra.
- Mi mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos.
- Mi juventud fue sacrificada al servicio de los españoles; mi edad mediana al de la Patria; creo que me he ganado mi vejez».