Mientras la vuelta a las aulas sigue siendo tema de debate y los padres (y alumnos) desbordan de incertidumbre en la etapa final del año, los docentes no abandonan la batalla. Es que al Zoom diario y los varios mensajes por Whastapp que cruzan semanalmente muchos decidieron sumar un canal de YouTube como manera dinámica de llegar a los chicos y en muchos casos, además, como una vía alternativa para hacer circular su trabajo. Son los edutubers, otro de los términos que nos dejará la pandemia.
Básicamente, los formatos de estos canales son de videoclases en las cuales se comparten consignas, se ofrece apoyo a las tareas semanales y se responden consultas. Micaela Beloqui, por ejemplo, es una docente marplatense de matemáticas que creó su canal para ampliar su llegada a los alumnos. «Armé un pequeño estudio de grabación y comencé con un proyecto para seguir ayudándolos en forma particular, sin que tuvieran que pagar nada y accediendo a la hora que quisieran y las veces que necesitaran», cuenta. Con el objetivo de despejar las dudas más frecuentes, Micaela arrancó sin tener ninguna experiencia en edición de videos. De hecho, se maneja con muy pocos recursos y eso le demanda muchas horas de renderización que, con un equipamiento mejor, podría hacer en menos tiempo.
A pesar de todo, Micaela pudo cumplir su objetivo de llegar a los chicos que más lo necesitan e incluso a otros profesores que saben lo difícil que es y el tiempo que demanda hacer cada video. «Les estoy muy agradecida y sigo estando a su disposición», dice. Hoy su canal tiene casi 45 mil suscriptores que van desde estudiantes de primaria hasta los del ingreso a la facultad, respondiendo más de 100 mensajes diarios. Además, Micaela sumó recientemente la sección «cuentos que cuentan», donde cada viernes lee un capítulo de un cuento de matemáticas. Ruth, usuaria del canal y alumna del colegio secundario, explica: «Las clases me sirvieron para aprobar muchas materias, lo que valoro de tener videos online disponibles es que los puedo ver cuando quiera, cuando necesito ayuda o me surge alguna duda, así no tengo que molestar a mi profe, voy directamente a YouTube».
Alejandro Clemente («Profe Ale Clemente» en YouTube), es docente de música en escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires y creó su canal en plena pandemia para compartir material didáctico al que pudieran acceder las familias u otros docentes que necesitaran inspiración. En pocos meses, sus videos comenzaron a circular superando las miles de reproducciones y permitiéndole «generar lazos con colegas de habla hispana y compartir experiencias». Alejandro nutre sus clases en las escuelas con estos recursos online y las repercusiones son muy buenas: «Las devoluciones de las familias me demuestran que la música y las artes en general están resultando muy importantes en este contexto; la Educación Musical crea espacios de encuentro y provee un lenguaje que permite expresar las emociones», resume.
En pleno debate por el regreso a las aulas, muchos maestros abrieron sus canales de YouTube para tener más llegada a los alumnos y volver dinámicas sus clases, como el caso de Micaela Beloqui, profesora de matemáticas
Natalia, una maestra de cuarto grado de nivel primario, cuenta: «Cuando planifico una clase siempre elijo algún video de YouTube para acompañar la explicación teórica. En primaria es muy importante utilizar recursos que estimulen la atención visual del alumno, por eso los videos tienen imágenes, gráfica y sonido, además de ser didácticos, con vocabulario simple y conocido, eso ayuda a la comprensión».
Samanta Bologna es otra profesora que se animó a llevar las matemáticas (¡y la geometría!) a YouTube. «El canal ya lo tenía, pero con la parte de educación empecé en abril. Los contenidos que subo son los que necesito para dar las clases con las palabras más simples posibles. Uso lenguaje matemático, pero también cotidiano», describe. Durante estos últimos meses, Samanta empezó a recibir muchas consultas de personas que le pedían ayuda con ejercicios que no terminaban de entender, y así empezó a crear lo que llama «videos a pedido». «Los videos de mi canal fueron cambiando. Los primeros son muy básicos, luego fui sumando tecnología. No me filmo en todos, pero sí se escucha mi voz. Y empecé a recibir visitas de todo el país más España, Ecuador, México y Colombia», destaca.
Y cuando hablamos de clases online, la actividad física no se queda afuera. Ariel Bandini, profesor de educación física que solía dar clases en escuelas primarias, creó su cuenta de Instagram y el canal de YouTube que lleva su nombre en plena pandemia. Ariel nunca había utilizado las redes y ni siquiera tenía creadas sus cuentas, pero se le ocurrió hacer vivos para mantener el contacto con los chicos. «Además de mis alumnos, se sumó mucha gente nueva», dice. La posibilidad de las clases en vivo es, para él, una manera de entrenar juntos y mantenerse en movimiento a pesar de las distancias y el aislamiento.
Algo de autonomía
En un contexto tan complejo donde la demanda familiar crece a niveles insospechados, los edutubers también sirven como válvula de escape para los padres agotados y, a la vez, ayudan a que los chicos ganen cierta autonomía. «Una de las recomendaciones más importantes para los papás es que permitan que sus hijos tengan cierta intimidad para el contacto con la escuela, porque los chicos perdieron ese espacio propio fuera de la casa. Sí es necesario ayudarlos, pero tratar también de que en el ámbito educacional se sepan desempeñar solos», explica Marisa Russomando, psicóloga especialista en crianza y familia. En la misma línea, Alejandro Schujman, psicólogo y escritor especialista en orientación a padres, señala: «Los padres no son docentes, siguen siendo padres, solo tiene que acompañar un poco más a sus hijos».
En este sentido, Jeremías, en cuarto año de la escuela secundaria, usa estos videos de YouTube como refuerzo de las clases y asegura que lo ayudan especialmente para repasar algún tema que no le quedó claro. Alejandra, su mamá, asegura que para sus dos hijos los videos de los edutubers son un gran refuerzo educativo. «Yo pienso que luego, a futuro, van a seguir usándolos porque les es más ameno aprender así, la tecnología es lo que mejor manejan».
Jeremías, en cuarto año del colegio secundario, utiliza el canal de YouTube de su profesora de matemáticas
Si bien es cierto que padres y educadores tradicionalmente desalentaron la exposición de los chicos a la pantalla, hoy el contexto cambió drásticamente. Russomando destaca que «lo tecnológico llegó para quedarse y es una herramienta más, el problema tal vez es que hoy funciona como única herramienta. Entonces la recomendación para los docentes es que traten de lograr algún tipo de contacto personal con sus alumnos, algún saludo, alguna conversación mínima, para seguir construyendo el vínculo.»
Así, si bien los docentes tienen un calendario escolar, con efemérides y proyectos en conjunto con otras materias, la idea de sumar un espacio en YouTube es seguir cerca de los chicos y poder aportar un valor agregado a esas clases difundiendo contenido que, incluso, sirva de motivación y herramienta para otros docentes. «Nos sentimos todos con mucha necesidad de compartir, la idea es que los chicos no pierdan la posibilidad de seguir conociendo cosas nuevas», resalta Carla Domínguez, docente de música de nivel primario. Matías, papá de uno de los alumnos de 6 años que estudia violín con ella, cuenta: «Lo más importante de todas las herramientas que vienen usando los docentes en sus canales de YouTube es que logran mantener el vínculo afectivo con los chicos, y el sentido de aprender cosas. Además, en los canales de los docentes uno como padre puede quedarse tranquilo porque sabe que son contenidos cuidados».
Félix Díaz, profesor de filosofía y creador del canal de YouTube «Resúmenes Entelekia», venía trabajando en su canal desde hace unos años pero estos últimos meses sus videos tomaron nuevo impulso. «Creé el canal como un espacio de apoyo para mis alumnos de secundaria, pero ahora veo que incluso estudiantes universitarios utilizan el material y me dejan consultas. Si bien la presenciabilidad no se puede reemplazar, YouTube está siendo un buen complemento», explica y remarca que la enseñanza es una estructura tripartita: docente, contenido y estudiante, y en el nuevo contexto, el contenido digital juega un rol fundamental.
Félix Díaz da clases de filosofía para alumnos de nivel secundario a través de su canal
Un dato curioso tiene que ver con el tipo de contenidos más buscados hoy. Si bien su canal aborda temas de filosofía, sociología y psicología, esta última asignatura se convirtió en la más vista porque, debido a la sensación de ansiedad y angustia, hay más consultas vinculadas al tema. Además, desde marzo se duplicaron en su canal las visitas por fuentes externas, es decir, de docentes que comparten sus videos. Mientras que los canales crecen en cantidad de seguidores también se abre la posibilidad de monetizar ese trabajo y el tiempo de dedicación que insume. Si bien la plataforma requiere de una cantidad de seguidores y reproducciones para cada video, con el correr de los meses se puede lograr. «Para mí es una fuente más de ingreso, junto a mi actividad de docente tradicional», explica Díaz. Por su parte, Beloqui dice: «Con lo que gano pago internet y la luz, no me genera mucho, pero me gusta hacerlo, es mi legado».