Se cansaron del Zonda y le ganaron. El molesto viento los obligó a pensar en soluciones y lograron un resultado sorprendente: leña ecológica.
Se trata de los estudiantes de primaria de la escuela «Manuel Turata», de la localidad montañosa de Uspallata, ubicada al pie de un cerro. Allí, el viento Zonda pega fuerte e inquieta a la población cada vez que aparece. Por eso, alumnos de primero y séptimo grado se unieron para darle pelea, mediante un proyecto especial, partiendo de una serie de interrogantes: qué los hacía feliz y qué no en la escuela, en la casa y la comunidad.
«Las respuestas expresaron que habitualmente les fastidiaba que se corte la luz por causa del viento, que desparrame las hojas y ensucie sus casas, que los reten por entrar con las hojas pegadas en los zapatos. Todos problemas vinculados con el viento y las hojas», contaron a LA NACION.
Fue una investigación amplia, con afiches y videos para darle paso a la creatividad, bajo el plan de Aprendizajes Basados en Proyectos (ABP), impulsado por la Fundación Varkey, con el aval de la Dirección General de Escuelas (DGE).
«Los chicos de primero preguntaban mucho a los de séptimo. Luego escribieron y expusieron lo investigado. Todo esto con niños muy tímidos y alumnos integrados. Funcionó perfectamente. Trabajar por y para el otro fue realmente significativo», explicó la maestra Micaela Luna.
Luego, llegó el momento de concretar las ideas. Por eso, se contactaron con un vecino de Uspallata, Miguel Farías, un especialista que ha aprovechado las hojas secas para generar energía alternativa. Los chicos lo consultaron y aprendieron a elaborar la leña ecológica, a través de la compactación de hojas y ramas secas.
«Allí creció el entusiasmo y se involucró a otras áreas como matemática, para calcular cuánta materia prima era necesaria para generar un kilo de leña, hicieron artes visuales, decoraciones para sus casas y en música hasta hicieron un rap de concientización, que fueron a presentar a la radio. Las familias acompañaron en las salidas de campo y al final, se hizo un cierre con ellas», contaron a este diario.
Según explicaron a LA NACION desde la Fundación Varkey, encargada de entregar el premio al mejor maestro del mundo, los ABP buscan mejorar la calidad de los aprendizajes en las escuelas de Argentina y el mundo, siendo Mendoza una referente de esta tendencia. De hecho, días atrás, más de mil docentes se congregaron en la provincia para conocer y analizar los avances en la materia. Es una de las modalidades propias de las pedagogías activas orientadas a que los niños y jóvenes sean protagonistas en la tarea de aprender.
«Entre tanta información que se ofrece los maestros son y serán guías, conductores del aprendizaje. Algunos gobiernos han empezado a apoyar alternativas potentes como el aprendizaje basado en proyectos (ABP). De esta manera dan soporte a los líderes de escuela para que puedan diseñar esas experiencias de calidad, ubicando al alumno en el centro, identificando sus motivaciones, generando sentido, involucrándolos, reanimando la alegría de aprender, conectando la vida de los chicos con la de su comunidad, y desarrollando las habilidades que necesitan para el futuro», indicó Agustín Porres, director regional de Varkey.
«Asistimos a un extraordinario despliegue del sistema educativo provincial en lo que es ya la finalización de nuestra gestión. Están representadas el 40% de las escuelas primarias de Mendoza, y es una muestra de vitalidad del trabajo realizado en conjunto por los chicos, los docentes, los directivos y la comunidad educativa que, vale decirlo, conmueve», comentó Jaime Correas, titular de la DGE.
Por su parte, María Julia Amadeo, directora de Planificación y Evaluación de la Calidad Educativa, puso de relieve el impacto que tienen estas iniciativas: «En el marco del proceso de construcción curricular hemos puesto el foco en los modos de enseñar y de evaluar que se orienten al desarrollo de capacidades, a la par que se adquieren conocimientos relevantes».