En esta página, nos hacemos muchas preguntas de ortografía que preocupan a los deletreadores: ¿con acento escrito?, ¿con eñe? y… ¿llevará una hache?
Hoy es Lunes y es un buen momento para recordar una de las reglas del uso de la «Hache»…
La letra «Hache» es la octava letra del alfabeto español y deriva del hebreo «heth» y no representa ningún fonema; es decir, es muda.
Bien, ya sabemos que es muda, pero no por eso es inútil. Una H o la falta de ella cambia drásticamente el significado de una palabra.
Podemos decir que el lenguaje, como todo lo que usa el ser humano, está en constante evolución (recuerdan el post anterior sobre el orden del alfabeto), y tal vez, algún día en cientos de años, por no decir miles, exista una sola lengua con distintos dialectos por regiones del mundo.
La historia de la letra «H» se remonta al alfabeto proto-semítico del IV milenio a. C (4000-3000 a. C.) que constituye una aproximación (hipotéticamente) reconstruida de la lengua madre que habría dado lugar a las lenguas semíticas (afroasiáticas) como el árabe, el amárico, el hebreo y el tigriña. En el alfabeto fenicio ya se encontraba el símbolo het que posiblemente heredó a su vez de un símbolo cerrado del alfabeto proto-semítico, y habría pasado a otras lenguas como la griega. La letra «H» que hoy conocemos en el alfabeto español se corresponde con la H del alfabeto romano, procedente de la eta griega (Η η).
Hay nombres de letras que requieren explicación. El de la letra H, por ejemplo, parece tener su origen en Francia, asevera la Real Academia Española, nombre que heredamos a finales de la Baja Edad Media. El nombre francés «hache» tiene que ver con el del latín vulgar «hacca» que responde al sonido aspirado de esta letra. El problema fue que ese sonido aspirado desapareció muy pronto del latín hablado.
La letra «H» no es realmente una consonante en el idioma español a pesar de ser descrita como una, sino que se trata solo de una aspiración. La «H» no se pronuncia y no representa ningún fonema (es muda), salvo cuando se encuentra junto a una «c» en el dígrafo «ch». También se pronuncia en algunas palabras extranjeras que se suelen emplear en el español como costumbre, como es el caso de la palabra hello (hola, del inglés). La aspiración de la «h» es un aumento de fuerza que da el aliento a una vocal o consonante, como cuando se usa en la interjección «ahh!».
La letra «h» es causa de numerosos errores en la escritura, bien sea por no usarla cuando es debido, o por agregarla a una palabra donde no se usa. Palabras como exhuberante, exhonerar, exhasperar y composiciones similares son errores ortográficos, ya que la letra «h» no aplica en estos casos. De igual forma ocurre con los verbos «haber», «hablar», «hacer», «hallar», y muchos otros. Es frecuente ver el uso de formas verbales sin una «h» al comienzo cuando efectivamente debería usarse una (ej: aver, aber, ablar, allar, ayar, acer, aser, etc).
La H es muda, no invisible…
Uso de la «H» en la escritura:
En caso de dudas sobre cuando debe usar la letra H y cuando debe omitirla, tómese un momento para familiarizarse con las siguientes reglas, se incluyen ejemplos.
Alguna vez esta letra tuvo sonido, no tiene sonido en español. Decimos que es “muda” porque no la pronunciamos. Aunque la letra H es parte de la palabra no la podemos oír; pero tenemos obligación de decirla cuando deletreamos.
La hache “no suena” al principio de las palabras: hijo, humo, hierro, helado.
La H intercalada tampoco suena: cohete, zanahoria, almohada.
El sonido CE – HACHE: Junto con la C, la H crea este sonido especial: ¡Prueba a decir Chespirito, chocolate, chancho y chucrut!
La hache suena, como una Jota, al principio de las palabras que vienen del inglés: Hámster [jámster], Hawái [jaguái], Hegel [jéguel], Hitler [jítler], Honolulú [jonolulú], Hot [jot], House [jaus], etc…
Ninguna de las conjugaciones del verbo «ir» hace uso de la «h».
Hablando de la letra «H», ¿sabían que la palabra «huevo» al principio se escribía «vevo»? ¡Qué curioso es el idioma español!
Bueno, el asunto es que, en la antigüedad, las letras U y V se escribían igual: V. Esto generaba confusión porque no siempre se podía distinguir si se estaba usando la letra como consonante o como vocal.
Por esta razón, se comenzó a usar la H antes de la U para identificar el uso y sonido que se le debía dar a esa palabra. Por eso, palabras que originalmente no tienen H, actualmente sí la poseen, tales como hueso (ueso) y huevo (uevo). Imaginen que esas palabras se habrían visto escritas así: veso (ueso=hueso), y vevo (uevo=huevo). ¿Ahora entienden por qué necesitaban esa H?
Ahora veremos la horripilante mutación de la F en la vapuleada H, y de los fósiles de la H encontrados en palabras que, al parecer, no tienen explicación alguna.
Allá por el siglo XVI, la letra Efe en algunas palabras apenas relucía, como en bufo, facienda, ferrum, facer, farina, fervere. Así pues, inventó una fórmula que le regresaría su brillo… Ahora convertida en una poderosa y gran letra, no perdió el tiempo y nunca sospechó ocurrió: perdió el habla y todo su plan se vino abajo: Farina se convirtió en ‘Harina’, Facer en ‘Hacer’, buFo en ‘búho’, y Facienda ‘hacienda’; Ferrum y Fervere, además, cambiaron un par de vocales: ‘hierro’ y ‘hervir’. Así como hermoso, cuyo origen latino es de la palabra formōsus, y suena tan hermosa como nuestra provincia «Formosa» al norte de la Republica Argentina.
Para ir cerrando este post, dejamos la lista de palabras homófonas, es decir, que suenan igual, pero se escriben diferente, y que para este caso son las que se escriben con H o sin ella.
ora: del verbo orar | hora: parte del día |
echo: del verbo echar | hecho: del verbo hacer |
asta: cuerno | hasta: preposición |
izo: del verbo izar (subir la bandera) | hizo: del verbo hacer |
ojear: mirar | hojear: pasar hojas |
ice: del verbo izar | hice: del verbo hacer |
uso: del verbo usar | huso: horario o de telar |
Tres palabras que suelen confundir a muchos:
- ahí: es un adverbio demostrativo que significa ‘en ese lugar’,
- hay: es la forma impersonal del verbo haber,
- ay: es una interjección que expresa diversos movimientos del ánimo, aflicción o dolor y un suspiro o quejido.
Quizá en algún momento te explicaron la diferencia entre estas tres palabras con esta frase: «Ahí hay un hombre que dice ay», pero a nosotros nos gusta este poema de Nicanor Parra, que también puede servir como recordatorio de algunas formas:
A ver a ver
tú que eres tan diablito ven para acá
¿hay o no hay libertad de expresión en este país?
-La hay…
ay!
áááaaaay!
El perro del profesor Dizi se comió las haches de la pizarrón. Escribe las 10 palabras correctas guiándote por su definición.
¡Ojo!, algunas son palabras homófonas que no llevan hache.
1 – Cubitos de… en verano se lo agregamos a las bebidas.
2 – Está en la cama y sirve para apoyar la cabeza.
3 – Dichos o bromas graciosas.
4 – Onda grande que se forma en el mar.
5 – Raíz de una planta, es anaranjada y le gusta a los conejos.
6 – Palo a cuyo extremo se pone una bandera.
7 – … de la gallina, nos gusta comerlo frito.
8 – No acertar, equivocarse.
9 – En México, guisante, arveja.
10 – Para volar. Los pájaros tienen dos.
Vamos a divertirnos un poco? Porque Humor se escribe con Hache!!!
¿Qué le dijo la hache a la jota?
¡Nada… porque la hache es muda!
-Jaimito, esqueleto lleva hache?
*Si señorita…
-Pero Jaimito, dónde lleva la hache?
*En los todos HUESOS!
-¿Otra vez has escrito ahorro sin hache?
*Por ahorrar, profe… me ahorro una letra, ¿verdad?
-Mamá, ola va con hache o sin hache?
*Manolito, la del mar va sin hache y la de saludar con hache!!!
«Uso de la H»
Gladys Gutiérrez Fernández
Hernán y Herminda
huelen el aroma de su huerto.
Ahí donde su abuelo
siembra las zanahorias, hortalizas y heno.
Heno que come el huemul
Zanahoria que come el conejo
Hortalizas que comemos los humanos
Para saciar el hambre que tenemos.
Cuento: La “H” no quiere ser muda
Por las noches, después de leer un cuento en nuestra cama calentitos, y cuando el hada del sueño nos toca con su varita mágica para que nos entren ganas de dormir, cerramos los ojos y ya está… ¡Pues no chicos! Hay un montón de cosas por resolver y esta noche le toca a las letras del abecedario solucionar el problema de “H” (me refiero a la letra h, claro).
Vamos a mirar por el ojo de la cerradura de la gran sala donde se han reunido…Está hablando la letra “B”:
- Pero vamos a ver, “H” querida, ¿por qué de pronto te entra esa manía de que no quieres ser muda?
- Pues… -dice “H” tímidamente- porque todas ustedes sos muy importantes y sonoras, y yo quiero valer para algo también. Ocupo un lugar en el abecedario entre la letra “G” y la “I”, pero nunca me he sentido útil.
- Perdona “H”-dice la “O”- es verdad que en algunas palabras pasas desapercibida, pero cambias por completo el significado de muchas otras. Mira la palabra “ola”, no apareces y todo el mundo piensa en los volantes del mar, sin embargo, cuando te sitúas delante de mí en “hola”, sabemos que es un saludo.
- Sí, pero ¿ves?, no tengo sonido- respondió “H” con tristeza.
- ¡Un momento!- salta la letra “C”- ¿qué sería de los niños si tú no me acompañases? Además, a mí me cambias el sonido, mira: a “cocolate y canco” tú las conviertes en dos palabras mágicas para ellos, “chocolate y chancho”, ¿o no?
- ¡Es cierto! – Respondió “H” entusiasmada- ¡No suena igual!
- ¡Pues eso!
- ¡Ah! –Dijo la majestuosa “A” mayúscula- Y los escritores de cuentos han decidido empezar contigo las historias con “Había una vez”, con “H” bien grande que es la Letra Capital.
Todas las letras se volvieron entonces hacia la “h” y las que se burlaban de ella la miraron de forma diferente.
Y “H” tomó su posición de nuevo en el abecedario feliz de sentirse, por fin, una letra tan importante como el resto.
¿No lo piensan ustedes también?
Hay una «Hache» en mi apellido (y no soy española), menudos problemas me trae explicar como se escribe y como se pronuncia.
Hasta el próximo Lunes de Letras!!!