Esta efeméride no solo sirve para festejar y reivindicar el rol docente dentro de la universidad.
La fecha también busca ser memoria del «Correntinazo», que refiere a un hecho histórico y político que devino en una serie de protestas populares que ocurrieron en la capital de Corrientes, que tuvo a los universitarios como protagonistas.
La revuelta ocurrió en el año 1969, en respuesta a la decisión del gobierno de facto de Juan Carlos Onganía, quien -en ese entonces- buscó intervenir la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Dichos reclamos sucedieron tiempo antes del reconocido Cordobazo.
Fue un evento importante en la historia de la lucha estudiantil y docente por la autonomía universitaria.
Finalmente, a partir de la lucha estudiantil y docente, los miembros de la comunidad universitaria lograron que no se privatizara el comedor de la universidad (ya que anteriormente se había anunciado aun aumento del 500% en los precios del comedor) y dos años después, en 1971, se consiguió derogar el ingreso eliminatorio en la Facultad de Medicina.
En conmemoración del 15 de mayo de 1969 cuando los argentinos se enfrentaron a la dictadura por una Universidad que estuviera abierta -como dice Osvaldo Bayer- para los hijos del pueblo y contra los ajustes económicos antipopulares, para que así se democratice el acceso al conocimiento y las artes.
A diferencia de otras fechas surgidas en homenaje a algún acontecimiento o personalidad distinguida, esta fecha surge en reconocimiento de la trayectoria de los docentes universitarios argentinos.
En esta jornada, se resaltan los logros y se celebra el compromiso del docente universitario en el porvenir de la universidad pública y su movilización permanente en defensa de la educación, como así también, el desafío cotidiano del trabajo en aulas y laboratorios, para seguir contribuyendo con las herramientas que nos proveen las humanidades, las ciencias, el arte y la tecnología al crecimiento de nuestra región y del país y al mejoramiento de las condiciones de vida social.
Esta fecha busca jerarquizar la tarea del docente universitario que muchas veces debe enfrentarse a las limitaciones que le impone el medio en el que se desarrolla. Está basada en las luchas en procura de legítimas reivindicaciones que trascienden al sector en particular, para extenderse al conjunto social porque la universidad argentina es patrimonio de la sociedad y debe ser considerada como un instrumento de desarrollo del conocimiento y de la cultura en el marco de un proyecto de país justo y solidario.
En los comienzos de la historia, los primeros educadores del ámbito de las universidades fueron sacerdotes de orden jesuita. Luego, lo hicieron los franciscanos, nombrados por un virrey y fieles a la corona de España, que tenían un sistema de educación que consistía en que los alumnos repitan lo que se les enseñaba. No fue hasta la Reforma Universitaria de 1918 que cambió la situación, se establecieron los cargos por concursos, la libertad de cátedra y la posibilidad de que cualquier persona con vocación pueda postularse para ser docente.
El sistema pedagógico no tiene muchos puntos en común con los que se conocen actualmente. Recibía el nombre de “Ratio Studiorum”.
¿En qué consistía? Los docentes leían en voz alta y lo alumnos repetían sin discutir y sin razonar. Así fue la incipiente carrera de docente universitario allá por el año 1623 en la primera universidad Argentina: la Universidad Nacional de Córdoba.
En 1918, la Reforma Universitaria cambiaría todo. Por ejemplo, se establecieron los cargos por concursos, la libertad de cátedra y la posibilidad a cualquier persona con vocación docente y capacidad académica que pueda ejercer la docencia universitaria.
En su mismo Manifiesto Liminar, se habla de las nuevas formas de ejercer la docencia. “La autoridad de un hogar de estudiantes no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando. En adelante sólo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de alma, los creadores de verdad, de belleza y de bien”, rezaba el documento.
El 15 de mayo, se conmemora en nuestro país el “Día del Docente Universitario”. Esta fecha se instaló como un reconocimiento a la trayectoria de la lucha colectiva que los docentes universitarios han llevado a cabo durante años, en demanda de legales y legítimas reivindicaciones.
Es una jornada en la que se resaltan logros y reafirman los reclamos que vienen realizando desde hace varios años en la búsqueda de mejores condiciones de trabajo.
Es importante jerarquizar la tarea del docente que muchas veces debe enfrentarse a las limitaciones que le impone, para su propia formación, el medio en el que se desarrolla, como la falta de recursos para actualizar sus saberes y capacitación permanente.