El pueblo argentino celebra cada 11 de mayo el Día del Himno Nacional para conmemorar la canción que representa no solo a un pueblo, sino a una nación entera.
Este año se cumplirán 210 años desde que en 1813 la Asamblea del Año XIII ordenara componer la letra el 6 de marzo y lo aprobara el 11 de mayo de ese mismo año bajo el nombre de ‘Marcha Patriótica’.
Junto con la bandera, el escudo y la escarapela es uno de los cuatro símbolos patrios de la República Argentina.
Partitura del Himno Nacional Argentino (hallada en Bolivia), copia del original publicado previamente en La Lira Argentina, en 1824.
El 24 de mayo de 1812 se presentó la obra teatral “El 25 de Mayo” del catalán Blas Parera, referida a la revolución de Mayo de 1810, que terminaba con un himno que coreaban los actores. Uno de los espectadores presentes en la “Casa de Comedia” de Buenos Aires, el político y poeta porteño Vicente López y Planes, se inspiró con dicha obra y esa misma noche escribió la primera estrofa de un himno para reemplazar al de Morante, al que Blas Parera había puesto música. La canción se interpretó por primera vez en una de la tradicionales tertulias que se daban en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson, recién el 24 de abril de 1944 se estableció la letra oficial tal como se conoce en la actualidad.
Hubo algunos antecedentes a la Marcha que dieron origen al Himno Nacional:
El 15 de noviembre de 1810, el periódico La Gaceta de Buenos Aires publicó unos versos anónimos, cuyas primeras estrofas rezaban:
La América toda
Se conmueve al fin,
Y a sus caros hijos
Convoca a la lid;A la lid tremenda
Que va a destruir
A cuantos tiranos
La osan oprimir.
Según La Gaceta, se trataba de una “…Marcha Patriótica compuesta por un ciudadano de Buenos Aires, para cantar con la música que otro ciudadano está arreglando”. El historiador José Antonio Pillado atribuye la autoría de texto y música al poeta y pianista aficionado Esteban de Luca. Sin embargo, su colega Vicente Gesualdo supone que la partitura en realidad estuvo a cargo del compositor español Blas Parera, muy amigo de la familia de Luca. En cualquier caso, la obra tuvo su debut el 24 de noviembre de 1810, en el marco del festejo por el triunfo de la batalla de Suipacha. Posteriormente pudo escuchársela repetidas veces en las reuniones de la Sociedad Patriótica, y muy pronto alcanzó un importante grado de popularidad. A diferencia del texto original, que se conserva en su totalidad, la partitura se extravió y la música de la marcha sobrevive en un arreglo del compositor Josué T. Wilkes, posterior a otro similar del año 1909, de José M. Roldán.
Más efímera resultó la suerte de una segunda canción patriótica. Se sabe que el 26 de mayo de 1812 tres niños entonaron en el Cabildo de Buenos Aires, y ante la presencia de las autoridades nacionales y municipales, un texto del poeta Saturnino de la Rosa, con música de Blas Parera. En esta ocasión el nombre de los autores quedó debidamente asentado en documentos oficiales, como así también la gratificación entregada a los niños cantores: 25 pesos a cada uno, “para un vestido”, como consta en el acta del acuerdo capitular de la misma fecha.
Sin embargo, pasados apenas unos meses, una nueva canción patria veía la luz.
Estos poemas no colmaron las expectativas de las autoridades, quienes pretendían que un himno fuera acorde a la situación política, las ideas y los sentimientos que circulaban por entonces, en el Río de Plata. En consecuencia, en 1812, el Triunvirato encargó al franciscano Fray Cayetano Rodríguez la redacción de una composición sencilla para ser adoptada como himno. La obra –musicalizada por Blas Parera- no satisfizo. Finalmente, en 1813, la Asamblea General Constituyente encomendó a Vicente López y Planes la creación de un poema patriótico.
Hay diferentes versiones respecto de cuándo la Marcha Patriótica fue interpretada por primera vez. Algunos autores plantean que fue leída por primera vez por el poeta Esteban de Luca en una tertulia organizada por Mariquita Sánchez de Thompson. Según otros autores, en esa reunión de gala en casa de Mariquita, todos los asistentes habrían cantado los poemas de López y Planes. Otras fuentes comentan que fue esta dama quien interpretó las primeras estrofas del Himno Nacional Argentino, el 14 de mayo de 1813. Esta última es la versión que quedó instalada como oficial. Para otros estudiosos, el debut de la obra se llevó a cabo el 25 de mayo de 1813 en la Plaza de la Victoria, al pie de la Pirámide de Mayo y fue cantada por los estudiantes de la escuelita del maestro Rufino Sánchez y, ese mismo día por la noche la entonaron los espectadores reunidos en el Coliseo Provisional.
Los protagonistas:
El músico Blas Parera nació en España y, a partir de 1797, se radicó en la Ciudad de Buenos Aires. Intervino en la defensa y reconquista de esta ciudad contra los invasores ingleses. Compuso la música del Himno Nacional Argentino. Siguió con sus clases y cuando en 1817 se conoció la disposición del gobierno de que los españoles debían obtener su carta de ciudadanía para residir en el país, se presume que eso lo llevó a emprender el regreso a España en 1818. Murió en la pobreza en Mataró, el 7 de enero de 1840.
Patriota Argentina. Esposa de Martín Jacobo Thompson y luego de Juan Washington de Mendeville. En su hogar se cantó por primera vez el Himno Nacional Argentino. Ella fue quien interpretó las primeras estrofas del Himno.
La versión original del himno dura 20 minutos y en 1924 fue abreviado a entre 3 minutos 30 segundos y 3 minutos 53 segundos.
Actualmente la versión vigente del Himno corresponde a la transcripción realizada por Luis Lareta, que se ajusta a lo acordado el 25 de septiembre de 1928 por el Poder Ejecutivo de la Nación. Ya en 1900 se había reglamentado por decreto del Poder Ejecutivo utilizar una versión reducida de la marcha para actos oficiales y públicos.
En algunas publicaciones extranjeras aparece erróneamente bajo el nombre de ¡Oíd, mortales!, que son las primeras palabras de la canción. La forma de ejecución y el texto están establecidas en el decreto 10.302 de 1944.
El 30 de marzo de 1900 se sancionó un decreto para que en las festividades oficiales o públicas, así como en los colegios o escuelas del Estado. Oficialmente se interpreta sólo la primera cuarteta de la primera estrofa, los últimos cuatro versos de la novena y el coro final.