En cada rincón de Argentina, los nombres de sus provincias son más que meras etiquetas geográficas; son cápsulas del tiempo que nos transportan a épocas de conquistas, resistencia, renacimiento y exploración.
Son más que palabras en un mapa, son un llamado a indagar, comprender y apreciar la riqueza de un país que ha tejido su identidad a lo largo de los siglos. Con cada nombre, la Argentina nos invita a desentrañar su legado, a seguir las huellas de su pasado y a celebrar la inmortalidad de su historia. En cada uno, encontramos el alma de una nación que perdura a través del tiempo.
Pero, porqué nuestro país tiene el nombre «Argentina» y no otro?
Los orígenes
El término Argentina proviene del latín argentum, que significa plata. Encontramos su registro escrito en la expresión Terra Argentea incluida en una pieza cartográfica del portugués Lopo Homen de 1554. Existen testimonios confiables de la época que dan cuenta de la asociación existente por entonces entre el territorio y el Río de la Plata, pero es en 1602 que la aparición de un libro habría de fijar la denominación.
«He escrito, pues, aunque en estilo poco pulido y menos limado, este libro, a quien intitulo y nombro Argentina, tomando el nombre del sujeto principal, que es el Río de la Plata.» Martín del Barco Centenera
La palabra argentinum fue castellanizada como «Argentina» por primera vez, cuando en el año 1602, Martín del Barco Centenera(miembro de la expedición de Juan Ortiz de Zarate) publicó un poema referido a la historia del Río de la Plata, con el título «Argentina: la conquista del Río de la Plata».
Una forma culta
En efecto, este integrante de la expedición de Ortiz de Zárate, puso ese título a su largo poema referido a estas tierras y con ello inauguró una tradición literaria que se mantuvo durante mucho tiempo en el ámbito erudito. Por ejemplo, en 1801 Manuel José de Lavardén en su «Oda al Majestuoso Río Paraná» alude a las «sencillas ninfas argentinas» y años más tarde, Vicente López y Planes arenga en una de las estrofas de la «Marcha Patriótica» adoptada por la Asamblea de 1813 y devenida luego en Himno Nacional:
«A vosotros se atreve, Argentinos,
el orgullo del vil invasor…»Vicente López y Planes
No obstante la difusión del término entre los partidarios de la Independencia, la designación más frecuente siguió siendo la del “Río de la Plata”, asociada al territorio del antiguo Virreinato creado en 1776 y ruta obligada de los cargamentos del metal del Potosí hacia España.
En 1826, en plena lucha entre unitarios y federales, un Congreso General Constituyente reunido en Buenos Aires sancionó una Constitución de vida efímera en la que oficializaba el nombre de Nación Argentina, que no logró imponerse por estar vinculado a la supremacía porteña. En este período, habrían de convivir las designaciones Confederación Argentina y Provincias Unidas del Río de la Plata, según el ideario político de quienes las propiciaban.
Un nombre para el país
Al promulgarse la Constitución Nacional sancionada en 1853, se incluyó la denominación República Argentina entre los nombres oficiales destinados a la designación del gobierno y del territorio de la Nación:
«Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata; República Argentina; Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras «Nación Argentina» en la formación y sanción de las leyes.» Artículo 35
Ante la necesidad de unificar la denominación para los actos administrativos, el 8 de octubre de 1860 el presidente Santiago Derqui fijó el nombre definitivo:
«El gobierno ha venido en acordar que para todos estos actos se use la denominación de República Argentina.»
Firmado: Santiago Derqui
De aquí deriva el calificativo con el cual se identifica a los habitantes y al territorio que ocupamos en el extremo meridional del continente americano, como así también a la Nación de la que orgullosamente formamos parte.
Fuente: Instituto Geográfico Nacional (IGN)
¿Cuál es el significado del NOMBRE de cada una de las provincias argentinas?
Quizás nunca pensamos en esto, pero nuestro país era denominado en sus comienzos «Provincias Unidas del Río de la Plata», por ello todas y cada una tienen la fuerza para conformar un país soberano. Cada nombre de las provincias argentinas tienen significado propio, de hecho, en nuestros años de escolaridad siempre aprendimos los nombres pero no su significado u origen.
Nuestro país está dividido en 24 jurisdicciones: 23 provincias y un distrito federal (Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Es interesante notar lo importante de conocer a fondo cada una de nuestras provincias y sus significados, a continuación se alistan cada una de ellas. Algunos significados te sorprenderán, comencemos:
Buenos Aires:
Nombrada inicialmente como «Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre» por Pedro de Mendoza en 1536, la provincia adquiere su título de la «Virgen de Bonaria», patrona de los navegantes. «Buen Ayre» refleja la promesa cumplida y el santuario levantado por los mercedarios para los navegantes sevillanos. Fundada por Mendoza, la bautizó como Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Aire. Fue despoblada en 1541. Más tarde, Juan de Garay le cambió el nombre por el de Ciudad de la Trinidad cuando la refundó en 1580. De hecho, un dato que pocos se conoce es que Buenos Aires se llamó La Trinidad hasta 1996. La ciudad de La Plata (capital provincial) fue fundada por Dardo Rocha, en el año 1882.
Catamarca:
De raíces quechuas, significa «Castillo o Fortaleza en la falda». La fusión de ‘Cata’ (falda o ladera) y ‘Marca’ (castillo o fortaleza) evoca la imagen de una fortaleza en la ladera, conectando la provincia con su significado montañoso. La ciudad capital de la provincia fue fundada por el conquistador Fernando de Mendoza y Mate de Luna, en 1683.
Chaco:
Derivado de idiomas aborígenes, del norte de Argentina y del Paraguay, se traduce como «territorio de caza». La designación refleja su abundante fauna, con tapires, ñandúes y jaguares. Rodeada de ríos y esteros, la provincia era un paraíso para la caza y la pesca. El 31 de enero de 1872 el presidente Domingo Faustino Sarmiento creó por decreto el Territorio Nacional del Gran Chaco, con capital en Villa Argentina. Esta fue la primera entidad jurídica territorial que adoptó el nombre de “territorio nacional”. Resistencia, la ciudad capital, fue fundada por Nicolás Patrón, en el año 1878.
Chubut:
La etimología del nombre Chubut tiene su origen en la lengua (tewsün) tehuelche, y procede del término «chupat», que significa «transparente». También puede significar «tortuoso, con muchas vueltas», en referencia al río Chubut, una descripción muy precisa. Ambas acepciones se relacionan con las cualidades atribuidas al río por los antiguos pobladores, ofreciendo un vínculo con la geografía única. La capital, Rawson, fue fundada por Julián Murga, en el año 1865.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Fue cedida en 1880 por la provincia de Buenos Aires para que fuera la capital federal del país. «Capital Federal» es el antiguo distrito federal, hoy referida como CABA. Desde 1996 es una ciudad autónoma, por lo que tiene sus propios poderes ejecutivo, legislativo y judicial. es la sede del Gobierno de Argentina, ubicado alrededor de la Casa Rosada.
Córdoba:
Jerónimo Luis de Cabrera es quien fundó la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía, precisamente en el año 1573. Justamente su nombre es un homenaje a su ciudad natal, nos referimos a la ciudad española de Córdoba.
Corrientes:
Bautizada por las «corrientes» del río Paraná, destaca las siete salientes de tierra que generaban corrientes en el río. También conocida como Taragüí en guaraní, que significa lagartija, la denominación se extendió a toda la provincia. Fue fundada por Alonso de Vera y Aragón en el año 1588.
Entre Ríos:
Más allá de su rica tradición guaranítica, toma su nombre por razones geográficas. La provincia está delimitada por ríos: Paraná al oeste y sur, Guayquiraró, Mocoretá, Basualdo y Tunas al norte, y Uruguay al este. La ciudad de Paraná, capital provincial, fue fundada por Luis J. Fontana en 1879. Se considera como fecha de fundación la creación de la Parroquia de la Bajada.
Formosa:
Se cree que el nombre de esta provincia se deriva de una locución latina que significa «Hermosa». Así lo denominaron los primeros exploradores españoles al navegar por el Río Paraguay. La ciudad capital, Formosa, fue fundada Luis J. Fontana en 1879.
Islas Malvinas:
El nombre se colocó en homenaje a un puerto de Francia, desde donde había zarpado Louis Antoine de Bougainville: uno de los primeros exploradores en llegar a las islas, en 1764. Las Islas Malvinas derivan su nombre de «Saint Maule» (San Maló), lugar de procedencia de los primeros marinos franceses que cartografiaron la zona. Sucede que se comprobó que los habitantes de esta ciudad se llaman “malouins” y eso significa que Bougainville logró concretar su expedición gracias a los navieros “malvinos”, diseñados por vecinos del lugar.
Más allá de las controversias históricas, la nomenclatura de las Malvinas refleja la presencia temprana de exploradores europeos en el Atlántico Sur.
Jujuy:
Con respecto a esta provincia hay muchas teorías de su origen, Horacio Carrillo, escritor, político y gobernador entre 1918 y 1921, declaró que podría venir del quechua «xuxuyoc». Era el nombre de un funcionario inca de la región, por lo que de ese nombre derivo en «xuxuy» y finalmente, Jujuy como lo conocemos hoy. De origen incierto, posiblemente del aymara «Sipi-Sipi», que significa «caballete entre dos aguas». La provincia destaca por su ubicación entre los ríos Grande y Chico. San Salvador de Jujuy, la capital, fue fundada por Francisco de Argañaráz, en 1593.
La Pampa:
Otra provincia que debe su nombre a sus características geografías. Además su origen quechua significa «llanura», haciendo alusión a su relieve horizontal. Hogar de gauchos y escenario de la Conquista del Desierto, la llanura refleja la historia y la amplitud de la provincia. La capital, Santa Rosa, fue fundada por Tomás Mason en 1892.
La Rioja:
En este caso, la verdad es que su significado ha sido muy discutido. Sin embargo, Juan Ramírez de Velasco, quien fue procedente de La Rioja, España, es el que fundó la ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja en 1591. Fue una manera de homenajear a su pago, se vincula con el río Oja, Rivalia o tierra de riachuelos según teorías.
Mendoza:
Fue en 1561 que Pedro del Castillo, quien fue oriundo de España, fundó la ciudad de Mendoza del Nuevo Valle de La Rioja. La cual se encontraba al oste del canal Cacique Guaymallén, y hoy es el epicentro en la plaza Pedro del Castillo. Con respecto a el nombre que lleva esta bella provincia, fue en honor a García Hurtado de Mendoza, gobernador de Chile.
Misiones:
Tiene que ver con los jesuitas que llegaron en el siglo XVII, con sus misiones para evangelizar los grupos de guaraníes entre Argentina, Paraguay y Brasil.
Después, la corona española los expulsó y paso a dominar el territorio, hasta que finalmente se convirtió en territorio nacional en 1881.
La ciudad capital, Posadas, fue fundada en 1870 por decreto (del gobierno de Corrientes). Se llamó originariamente «Itapuá» y Trinchera de San José. El nombre de Posadas data de 1879, se convirtió en la provincia de Misiones en el año 1953.
Neuquén:
En 1752, el jesuita alemán de nombre Bernhard Havestad, fue quien exploró el lugar, ubicó y denominó al que hoy conocemos como el río Neuquén. El mismo que le da nombre a esta bella provincia. Tierra de ríos correntosos, lleva consigo la huella de diversas etnias precolombinas. Desde los Picunche hasta los Huilliche, la región fue testigo de las primeras exploraciones en el siglo XVI y, más tarde, sufrió la invasión en la Conquista del Desierto. Su nombre, derivado del Mapudungun, nos sumerge en las aguas turbulentas de su historia. La capital, Neuquén, fue fundada por Carlos Bouquet Roldán en 1904.
Rio Negro:
Al igual que la provincia de Neuquén, Río Negro recibe este nombre por el río que la separa de Buenos Aires y La Pampa. Es una traducción del mapudungun «Curu Leufú», donde leufú es río y curu indica color negro u oscuro. El nombre contradice la realidad de sus aguas, más verdes que negras. Más allá del color de sus aguas, Río Negro revela una sinfonía de naturaleza y cultura, una contradicción que embriaga los sentidos. La capital, Viedma, fue fundada por Francisco de Biedma y Narváez en 1779.
Salta:
Una de las versiones que explican el significado de la provincia de Salta, la describe como: «lugar lindo, agradable para asentarse».
La ciudad de Salta debe su nombre a la tribu de los Salta, que ya habitaban la zona cuando el explorador español Hernando de Lerma fundó el asentamiento que inicialmente denominó Ciudad de San Felipe y Santiago de Lerma en el valle de Salta, situado en Tucumán. El enigma de Salta se despliega entre las palabras indígenas y las sutilezas fonéticas. La posibilidad de que «secta» haya sido transformada en «Salta» por los colonizadores se mezcla con otras teorías que exploran vocablos quechuas. En esta danza de palabras, la ciudad emerge como un crisol de culturas, donde las minas y la actividad incásica danzan en las sombras del pasado. La capital, Salta, fue fundada por Hernando de Lerma en 1582.
San Juan:
Vamos a hablar de Juan Jufré, quién fundó la ciudad de San Juan de la Frontera en 1562. La razón de porque la llamo así, se debe a su santo patrono, San Juan Bautista. La ciudad se levanta en la frontera con Tucumán, marcando territorio con una ceremonia que involucró a españoles e indígenas. Cada rincón de San Juan guarda la sombra del santo patrono y las huellas de aquellos primeros pasos.
San Luis:
El fundador de la provincia de San Luis, fue Luis Jofré de Loaiza en 1594. Le adjudicó este nombre por su santo, San Luis de Loyola Nueva Medina de Rioseco. Pero también en honor al gobernador de Chile y por la ciudad natal de su padre, realmente un nombre muy largo que tiempo después se redujo en solo San Luis. Inicialmente fundada en 1594 y luego abandonada, resurge con el respaldo de San Luis de Loyola. Se erige como un monumento al renacimiento y a la persistencia. Cada calle cuenta la historia de abandonos y resurgimientos que tejieron su identidad.
Santa Cruz:
Nuevamente vemos el rol de Magallanes, pasando por esta zona, mandó a explorar a Juan Rodríguez Serrano. El se encontró con un río al que llamó Santa Cruz, porque justamente era 3 de mayo de 1520, una fecha en que según la tradición, Santa Elena encontró la cruz de Jesucristo. En lo que es hoy la capital, Río Gallegos, existían en 1895 ya 25 viviendas. Una ley del 20 de diciembre de 1897 dispuso la fundación de la ciudad capital.
Santa Fe:
En 1573, Juan de Garay fue el fundador de Santa Fe de la Vera Cruz, precisamente «Santa Fe» por la localidad de España. Esa ciudad se llama así por la fe cristiana que estaba en oposición a los musulmanes. Cada rincón de la provincia denota la conquista y población del Paraná y el Río de la Plata. La denominación refleja la fe que guió a los colonizadores en su empresa y la herencia cristiana que aún perdura. Se considera como fecha de fundación la creación de la Parroquia de la Bajada en el año 1730.
Santiago del Estero:
Como sabemos es la ciudad más antigua del país, fue fundada por Francisco de Aguirre en 1553, de hecho es la continuación de tres asentamientos fallidos que se llamaron «El Barco».
La llamaron «Santiago» porque el 25 de julio es el día de Santiago Apóstol, y «del Estero» porque abundan esos pantanos. Esta provincia cumplió un rol muy importante en la conformación del mapa del territorios argentino, debido a que de allí partieron expediciones que fundaron otras ciudades. Podríamos mencionar a Córdoba, Salta, La Rioja, Tucumán, Jujuy y Catamarca. Motivo por el cual, se la denomina como «Madre de Ciudades».
Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur:
Sus primeros habitantes, los Selknam, la llamaron Karukinka “nuestra tierra”. En 1520, Magallanes pasando por la zona austral del país y antes de atravesar el estrecho que lleva su nombre, observó desde el barco que los Selknam encendían enormes fogatas en la costa y por ello, lo llamo al lugar: «Tierra de Humos».
Más tarde, de la mano del rey Carlos I, la Tierra de Humos fue sustituida por el majestuoso nombre de Tierra del Fuego. Se transforma de territorio nacional a provincia en 1990. Este cambio simboliza la autonomía alcanzada después de décadas bajo el cuidado del Ministerio de Marina, y cada rincón lleva la luz de las fogatas como un faro hacia el futuro. La capital, Ushuaia, fue fundada por Augusto Laserre en 1884.
Tucumán:
Con sus etimologías diversas, se sumerge en el misterio de las palabras en idioma Lule. «Tucumanita», con su sugerente significado de «territorio donde abunda el tucu», conecta la provincia con la luminiscencia de un coleóptero. Otras fuentes sugieren que el nombre Tucumán deriva de una versión distorsionada de la palabra quechua «Yukkuman» o «Yakuman», que se traduce como «lugar donde nacen los ríos» siendo esta la mas aceptada. Por el contrario, se cree que el término Tucumán tiene su origen en la palabra quechua «Tucma», que significa «donde terminan las cosas», lo que sugiere que esta zona fue antiguamente el hogar de tribus muy cultas y posiblemente el último bastión de la resistencia inca. Hoy quedan vestigios de estos pueblos. La capital, San Miguel de Tucumán, fue fundada por Diego de Villarroel en 1565.
Ya que estamos viendo la división política y geográfica en la historia de la República Argentina, les traigo algo que seguro NO conocían y que es algo muy interesante:
El proceso de conformación de un país soberano conlleva cambios administrativos y políticos, que muchas veces van de la mando con el contexto mundial. Tal es el caso de la «provincia» de la Patagonia que, durante once años, existió para proteger un recurso natural muy codiciado y para evitar el desarrollo de un movimiento obrero. Estamos hablando de la «Zona Militar de Comodoro Rivadavia», que en la actualidad pertenece a dos provincias distintas y tuvo como capital a la ciudad homónima.
¿En qué año se creó esta «provincia»?
El periodo de entre guerras mundiales estuvo marcado por crisis económicas, avances militares y repartición de colonias por parte de países europeos. A la par, en Argentina creció el movimiento obrero, intensificado por la llegada de inmigrantes de fines del siglo XIX y principios del XX. Particularmente en la Patagonia, la zona costera del Golfo de San Jorge estaba creciendo en producción de hidrocarburos, recursos muy codiciados por las principales potencias de Europa y también Estados Unidos. A ello se le sumaba el terror de las autoridades provinciales de Chubut ante la posible expansión comunista dentro de los distintos grupos obreros.
Por ambos motivos, la también llamada «Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia» se creó en el año 1943. Sin embargo, aún no estaba conformada administrativamente, y por eso el 31 de mayo de 1944 el presidente de facto, Edelmiro Farrell, la estableció como tal a partir del Decreto-Ley 13941.
El 31 de diciembre de 1946, la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia quedó oficialmente ratificada por la Ley 12913. Según mapas de la época, la zona militar de la Patagonia estuvo localizada entre los siguientes límites:
- Al norte, con la provincia de Chubut.
- Al sur, con la provincia de Santa Cruz.
- Al oeste con Chile, sobre la Cordillera de los Andes.
- Al este, con el mar argentino y el océano Atlántico.
¿Pero, qué es la Patagonia?
La primera definición legal de la Patagonia en Argentina fue realizada en 1878 por la ley Nº 954. A través de ella se creó la Gobernación de la Patagonia. Desde 1522 y hasta el siglo XVIII en los mapas se nombraba así a todo el territorio que estaba al sur de la desembocadura del Río de la Plata.
Según algunos investigadores, Magallanes habría observado los grandes pies de los indígenas que allí habitaban y los habría llamado en su idioma natal, el portugués, «patagão«, es decir, pata grande. Otros, dicen simplemente que «patagones» hace referencia al tamaño de sus pies. La palabra Patagonia deriva de esta historia y fue difundida en la cartografía de la época.
La Constitución Nacional dice que las provincias pueden integrarse y formar regiones para diversos fines.
Artículo 13.- Podrán admitirse nuevas provincias en la Nación; pero no podrá erigirse una provincia en el territorio de otra u otras, ni de varias formarse una sola, sin el consentimiento de la Legislatura de las provincias interesadas y del Congreso.
La Región de la Patagonia estaba conformada entonces por:
- La Pampa,
- Neuquén,
- Río Negro,
- Chubut,
- Santa Cruz,
- Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Además, abarca el subsuelo, el Mar Argentino adyacente y el espacio aéreo correspondiente.
Por ello durante un tiempo la Patagonia fue una sola provincia:
En 1955, durante el segundo mandato de Juan Domingo Perón, se presentó un proyecto para provincializar la Patagonia. A través del decreto N° 11.429, se le dio el nombre de Provincia de Patagonia. Estaba integrado por las actuales provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
En junio de ese año, mediante la ley N° 14.408 se le entregó el status de provincia los territorios nacionales y se anuló la Zona Militar de Comodoro Rivadavia.
La dictadura cívico-militar autodenominada Revolución Libertadora con Pedro Aramburu al mando anuló la creación de esta provincia, se creó Santa Cruz y se reestableció el territorio nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Hubo territorios que (casi) nunca llegaron a ser provincia
* Territorio Nacional de Los Andes
El proceso de consolidación de fronteras de los Estados surgidos luego de las guerras de independencia en el continente sudamericano fue complejo y duró varias décadas. Por diversos motivos, que no voy a profundizar aquí, las fronteras de todos los países que hoy identificamos claramente en el mapa se fueron moviendo al ritmo de guerras, acuerdos, política y laudos arbitrales. Entre los tantos puntos conflictivos se hallaba la región de Atacama, la cual estuvo en manos de Bolivia a comienzos del siglo XIX para luego ser parte de Chile y Argentina, Guerra del Pacífico y otros conflictos mediante. Mediante el laudo de Buchanan (1898), y acuerdos posteriores realizados entre 1902 y 1904, la región de Atacama fue repartida entre Chile (20%) y Argentina (80%).
* Provincia de Tarija
Fue un integrante nominal de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde 1816, al desprenderse de la administración de la provincia de Salta cuando asumió la gobernación por votación popular el teniente Francisco Pérez de Uriondo. Fue creada oficialmente por el Congreso General Constituyente el 30 de noviembre de 1826, esto por peticiones de la población tarijeña hacia el diputado tarijeño José Felipe de Echazú, pero esto sin saber de la invasión y anexión hacia la República de Bolivia dada unos meses antes por los coroneles Burdett O’Connor y Bernardo Trigo bajo las órdenes del mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.
* República de Entre Ríos o República Federal Entre-Riana
Fue un efímero estado provincial de facto independiente dentro de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Fue fundada por Francisco Ramírez el 29 de septiembre de 1820, desapareciendo poco después de su muerte ocurrida el 10 de julio de 1821. Cuando el 28 de septiembre de ese año Lucio Norberto Mansilla fue elegido gobernador de la provincia de Entre Ríos, la República de Entre Ríos quedó disuelta.
Pese a su nombre de «república», no se proclamó como estado formalmente independiente ni se manifestó un propósito secesionista, sino que el uso de la palabra estaba en contraposición a las ideas monárquicas y centralistas predominantes en Buenos Aires. Cuando en abril de 1821 Ramírez inició la campaña que lo llevó a la muerte emitió una proclama que tituló Proclama del Gobernador de Entre Ríos don Francisco Ramírez, Jefe Supremo de la República de Entre Ríos, a los compatriotas de Buenos Aires y su campaña, dejando claro que se consideraba un gobernador provincial dentro de la misma patria que Buenos Aires.
* Las provincias que cambiaron de nombre
El derrocamiento de Juan Domingo Perón fue seguido de una serie de medidas destinadas a borrar todos los indicios del peronismo en el país, una especie de «desperonización». Eso llevó, entre muchas otras cosas, a cambiar el nombre de provincias que homenajeaban al depuesto presidente y su difunta esposa: las provincias Eva Perón (La Pampa) y Presidente Perón (Chaco). También se dieron casos similares en la denominación de algunas ciudades y regiones, como ocurrió en la provincia de San Juan, donde los departamentos de Caucete y Pocitos se llamaban Eva Perón y Presidente Perón, respectivamente.
Mapa escolar incluido en un manual escolar publicado durante el gobierno de Juan Domingo Perón, en el que se aprecian las provincias Presidente Perón (Chaco) y Eva Perón (La Pampa). En el mapa también se puede apreciar la Zona Militar de Comodoro Rivadavia.
* La que nunca existió: provincia San Martín
En el Museo de la Ciudad de Rosario, en octubre de 2019, hallé un pequeño recorte de diario con una propuesta muy curiosa. El plano original fue publicado por Wladimir Mikielievich en «El Defensor Gremial», año IV, Nº 45, el 15 de septiembre de 1949.
Wladimir Mikielievich fue un periodista e historiador rosarino que, en 1949, cuando se preparaban los homenajes por el centenario de la muerte del General San Martín, propuso crear una nueva provincia que llevase el nombre del libertador. Adicionalmente, en esta nueva provincia se encuentra la ciudad de San Lorenzo, lugar desde donde el prócer entró a la inmortalidad. Estaría compuesta por sectores de las actuales provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, y tendría como capital a Rosario, la segunda ciudad más poblada del país en aquel entonces.
Más aún, «Rosario» pasaría a llamarse «Belgrano», considerando que allí se inmortalizó este prócer al crear la bandera nacional. De esta forma, Wladimir planteaba que se homenajearía por igual a estos dos próceres fundacionales de nuestra nacionalidad, que fueron, son y serán ejemplos de virtud y honor para todos los argentinos.
La provincia «San Martín» se formaría con porciones de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, lo cual representaría la contribución del federalismo a la memoria del Libertador. De haberse concretado, pudo ser el más reverente homenaje al Padre de la Patria.
La iniciativa fue recogida en las altas esferas gubernativas al mismo tiempo que se escucharon reparos formulados por círculos influyentes de la ciudad de Santa Fe, alarmados por la pérdida que para ellos significaría la secesión.
Con profundo sentido patriótico justificamos en aquella ocasión la razón del proyecto; comprendería la provincia a las ciudades de Rosario y San Lorenzo, sitios desde donde comenzaron a transitar el camino a la gloria los dos máximos próceres de la nacionalidad: Belgrano, en 1812, y San Martín, al año siguiente. Pero quiso la mala estrella que los pertinentes estudios sobre factibilidad de la iniciativa corrieran a cargo del Ministerio de Asuntos Políticos, cuyo titular, Román A. Subiza, nativo de San Nicolás de los Arroyos, se empeñó en incluir esa ciudad a la proyectada jurisdicción, señalándola como asiento de las autoridades provinciales. Tal modificación sustentada desde las esferas oficiales determinaron, por nuestra parte, «meter el violín en bolsa». («La Acción», «Defensor Gremial», «Selecciones Argentinas», etc.)
Fuente: Extraído de la «Revista de Historia de Rosario». 1981