Teachers of Sarmiento: Miss Mary Olstine Graham
Biografía:
Nació el 13 de agosto de 1842 en Saint Louis, Estado de Misisipi (EE UU), de cuyos fundadores era descendiente. Cursó el magisterio en su ciudad natal, que en aquella época se distinguía por su Escuela Normal de maestros de primeras letras y de jardín de infantes.
Formó parte del grupo de maestras norteamericanas que, contratadas por Sarmiento, vinieron al país en 1879 para organizar y dirigir nuestras primeras Escuelas Normales.
Inmediatamente fue designada profesora para la Escuela Normal de Paraná, donde residió seis meses.
Fundada la de San Juan el 27 de mayo de 1879, miss Mary pasó a ocupar la vicedirección de la misma en 1880, año en que el establecimiento empezó a funcionar. No se le dio la dirección, que desempeñó la educadora chilena María Luisa Villarino de Del Carril, porque no poseía suficientemente nuestro idioma.
En 1883 asumió la dirección de la escuela hasta 1888, en que fue ascendida y trasladada a La Plata para organizar la Escuela Normal con amplias facultades.
En sus clases, primero en San Juan y luego en La Plata, impulsaba debates y discusiones. Decía que enseñaba Ciencias Naturales porque era la única disciplina ‘que podía desarrollar en la juventud la ley de la belleza, de la energía y de la verdad’. Entraba en el aula acompañada de un mono, que hacía muecas y gestos mientras ella hablaba. La pedagogía de Miss Mary (inspirada en las enseñanzas del suizo Johann Pestalozzi) señalaba a cada individuo como juez de sí mismo. Graham no permitía que hubiera un preceptor en sus clases ni tomaba lección a sus alumnos.
Enseñó a sus alumnos a jugar rayuela, fútbol, croquet, pelota, cuatro esquinas, a saltar a la cuerda, a bailar, a correr a la mancha. Antes de ella, no hacían gimnasia ni deportes. Los incentivó a cultivar la huerta y a cuidar de las plantas y de los animales. Además de un mono, tenía un perro, dos gatos grandes, cinco gatitos y dos loros que se llamaban Rumpy y Dumpy.
La Normal de La Plata se instaló en un edificio provincial y abrió sus puertas el 13 de agosto de 1888. Miss Graham inició su escuela común con un Jardín de Infantes y una Escuela Primaria o Departamento de Aplicación, asignando al 5º y 6º grados los profesores que el gobierno había nombrado para el curso normal, cuyo primer año sólo comenzó a funcionar en 1889 con los mejores alumnos del 6º grado. Miss Graham organizó el establecimiento con el sistema norteamericano de severa disciplina, poniendo en práctica métodos que más tarde difundió la escuela activa, en la cual predominó “el hacer sobre el decir”.
Educada en la idea de que “el deber es superior a toda conveniencia y la búsqueda de la verdad el mejor empleo de la vida”, imprimió en el establecimiento el sello de su personalidad enérgica y definida. En ese tiempo la escuela era mixta y funcionaba con turno discontinuo.
Su Jardín de Infantes, instalado y organizado de acuerdo con los principios de Froebel, fue uno de los primeros del país.
Falleció el 10 de marzo de 1910 (primer día de clases), en ejercicio del cargo de directora, Miss Mary Graham a los 60 años, habitaba el piso superior del edificio, en un departamento, ubicado arriba de la Escuela Normal, dejó en su testamento una suma para los alumnos más necesitados. Su cuerpo fue llevado a Buenos Aires en un tren especial y tuvo exequias oficiales.

El 13 de agosto de 1913 se impuso su nombre al aula de 4º año normal y el 13 de agosto de 1926 a la misma escuela, que lleva el Nº1 de la ciudad de La Plata.
La influencia espiritual y moral de esta educadora fue tan importante, que aún en vida de ella sus discípulas y admiradoras fundaron en el año 1906 el Centro “Mary O. Graham”, que continuó desarrollando las actividades pedagógicas y culturales que determinaron su creación y mantuvieron viva la memoria de esta eximia educadora.
La enseñanza de miss Mary era tan profunda, tan individual, tan personal, que hacía de cada escolar un eterno alumno de la vida, en marcha ascendente hacia la verdad, hacia la bondad. “No es superior el que se adapta al medio, el que se deja ceñir por él -les decía-. Superior es el que obliga al medio a adaptarse a él, siempre que adaptándolo eleve la línea de la vida.”


