Vamos por partes dijo alguien… para que sepan, mi nombre empieza con «V».
Hoy lunes seguiremos viendo el abecedario y porque la letra «Ve» sufrió algunos cambios y que pasó luego…
Veintisiete letras, en ellas se resume el abecedario español desde la publicación de la nueva Ortografía de la Lengua Española. Antes eran 29, pero se han caído la «ch» y la «ll», que pasaron de ser grafemas a ser dígrafos, palabras que parecen haber sido inventadas por el enemigo. El alfabeto español viene del latín (eso ya lo sabíamos), que a su vez procede del griego. Y en medio, el alfabeto etrusco.
Los etruscos hablaban una lengua no indoeuropea, aún no descifrada del todo, y su abecedario era una especie de variante occidental del alfabeto griego. Hablamos de un pueblo asentado en la península Itálica a comienzos del primer milenio (a. C.), mucho antes de que se fundara la ciudad de Roma, génesis del Imperio. La actual provincia de la Toscana (la de Florencia, Siena, Pisa…) fue el corazón de «Etruria», que evolucionó luego a «Tuscia» y de ahí a «Toscana», nombre del asentamiento etrusco.
El abecedario latino estaba compuesto por 21 letras, el esqueleto del alfabeto español actual. Por cierto, todas representadas con mayúscula como mandaba la tradición romana (no es casualidad que los números romanos estén diseñados en mayúscula). En esa lista de 21 letras estaban todas las actuales menos la J, la Ñ, la U, la W, la Y y la Z. El orden de colocación en el alfabeto latino era prácticamente el mismo que el actual.
Por tanto, las letras del actual abecedario español que no formaban parte del inventario latino -leemos en la nueva Ortografía de la Real Academia Española- son la U, la J, la Ñ y la W.
Las formas de la U y la J existían ya en la escritura latina, pero como variantes respectivas de la V y la I, de hecho, el punto sobre la J minúscula es herencia del punto sobre la I minúscula y como tales variantes pervivieron durante siglos. Fue a lo largo del XVI y XVII cuando el uso les dió marcha de letras con toda autonomía. La U y la I se reservaron para los fonemas vocálicos, y la V y la J para los consonánticos. ¿Pero dónde ubicarlas? Pues al lado de las letras a las que históricamente estuvieron vinculadas: la U, junto a la V, y la J, junto a la I.
El abecedario español estaba ya casi completo en el Siglo de Oro, a excepción de dos letras: la Ñ y la W.
La Ñ tiene su origen en el dígrafo NN, abundante en el español medieval. En realidad, la Ñ es una abreviatura de ese dígrafo que poco a poco acabó convirtiéndose en letra (esto ya lo vimos en un post anterior). La pequeña raya sobre la N servía para diferenciarla de esta letra, presente en el abecedario español desde sus inicios. A esa raya superior el Diccionario de la RAE la denomina virgulilla, que está especificada como «el apóstrofo, la cedilla, la tilde de la letra ñ». La situación de la Ñ en el abecedario estaba cantada: iba por detrás de la letra N, de la que procede.
Y lo mismo sucedió con la letra W, la última en incorporarse al abecedario español. Una incorporación que no se decidió oficialmente hasta la publicación de la Ortografía académica de 1969. La W, para qué decirlo, es letra que procede de un dígrafo, como su nombre indica (otra vez la burra al trigo). Llega a nuestro abecedario para representar fonemas de las lenguas germánicas, pero a muchos les extrañará que ya se usara en la Edad Media en la escritura de determinados nombres extranjeros. En España, durante el tiempo en que la W estuvo en el limbo, hubo muchas palabras que trocaron la W por la V (la Ortografía de 2010 menciona, como ejemplos, las palabras vagón o váter, que acabaron consolidándose). Hoy, a nadie sorprende ver las palabras waterpolo (aunque muchos siguen expresándola con la V), sándwich (con tilde en la á, porque ya es una palabra española a todos los efectos) y, por supuesto, «web», una palabra impensada hace apenas veinte años.
Así que en 1969 se completó nuestro abecedario que ahora cambia, con la exclusión de las ya referidas Ch y Ll.
Junto a las letras heredamos sus nombres. La mayoría proviene del latín, con fórmulas fonéticas simples: añadiendo una vocal a ese sonido primigenio (ge, ce, pe, te…) o incluyendo el sonido entre vocales (efe, ele, eme…). Hay tres letras que en latín representaban el fonema /k/ que añaden vocales de apoyo distintas: son la C, la K y la Q.
La X tuvo su nombre, la «ix», la Y -que es la ípsilon griega- se quedó en «i griega» y ahora la Ortografía recomienda el cambio de denominación por el de «ye» siguiendo la norma general marcada para la mayoría de las consonantes del abecedario español. Por último, la Z es la única letra que conservó el nombre griego como tal: zeta.
El nombre «uve» protagoniza una de las historias más sorprendentes del idioma español. Es una denominación que no se incorpora al Diccionario oficial de la RAE hasta el año 1947, y a la Ortografía hasta 1969. Decenas de generaciones españolas estudiaron la «uve» como «u consonante» para diferenciarla de la «u vocal».
La letra V recoge varias denominaciones históricas, muchas de ellas aún en vigencia en América: «uve», «ve», «ve corta», «ve chica», «ve pequeña» y «ve baja».
Entonces la U y la W son letras derivadas de la V, como su parecido sugiere, y esto ocurrió en la Edad Media. Pero resumiendo un poco, veamos como quedaron las 3 letras.
Evolución del grafema:
Como observamos en el siguiente gráfico, varias letras derivaron de los jeroglíficos antiguos.
La letra v (V) es la vigésimotercer letra del alfabeto español y la decimoctava consonante. Su nombre es femenino, la «ve», aunque recibe otros nombres en el mundo, como «ve chiquita», «ve corta», «ve pequeña», «uve». En América Latina es denominada en la mayoría de los países como «V corta» y en España se llama «uve». En minúscula se escribe «v» y en mayúscula «V». En singular es «ve» y en plural «ves»
Usos de la letra V
En Química: La letra V es el símbolo de Vanadio.
En Matemáticas: La letra V en números romanos representa 5 unidades.
En Física: La letra V puede representar velocidad o volumen y la letra V es el símbolo de la unidad de medida de la diferencia de potencial de voltaje de Volt.
Definición de la letra v
La letra v es la vigésimo tercera letra del alfabeto español. Una letra que como ya hemos dicho recibe una variedad de nombres. La letra v junto a la vocal u conformaban antes del Imperio otomano un fonema llamado «UAW», para luego ser separadas formando parte del idioma romano. La letra “V, v” es un ideograma que representa la idea dual de vacío / lleno.
La letra u (U) es la vigesimosegunda letra del alfabeto español y la quinta y última vocal. Es una vocal en la que el sonido no depende de que esté con otra letra.
Historia de la letra u
La letra U deriva del waw, que también dio lugar a las letras F, V, W e Y. Los griegos transformaron la letra U en dos caracteres: la Y, utilizada para designar el sonido U y el digama que representaba el sonido de F.
Para los etruscos y los romanos, la letra U estaba representada por una V, como aparece en los monumentos latinos clásicos.
La letra U se usó para designar el sonido de la letra V, mucho tiempo en lenguas latinas hasta que se distinguió el siglo XVII.
Definición de la letra u
La letra u (U) es considerada una vocal. Su nombre es de género femenino, se escribe u en singular y ues en plural. Se la clasifica como vocal débil. Se representa en minúscula como «u» y en mayúscula «U».
Usos de la U
En Química la U representa al elemento metálico Uranio (U).
En Física la U representa la Temperatura Absoluta.
En Bioquímica la U representa la unidad de actividad enzimática.
En Matemática la letra U significa Unidad.
La letra w (W) es la vigésima tercera letra del idioma español y su denominación difiere en los diversos países. Es una de las letras menos frecuentes en este idioma , aunque en el idioma inglés es muy utilizada. Una particularidad es que en algunos pueblos originarios de Sudamérica como los «Wichi» la utilizaban.
La letra w en minúscula «w», en mayúscula «W» no posee tanta frecuencia en idioma español.
Historia de la letra w
La letra w es una letra característica de voces extranjeras. En el idioma español se han incorporado muchas palabras relacionadas con las nuevas tecnologías, especialmente informáticas. Por ejemplo términos como «Web», «WhatsApp», «Wi-fi», Wikipedia, etc.
Definición de la letra w
Como hemos dicho es una letra que recibe diversos nombres., entre los cuales : doble v, doble u, v doble, doble uve debido a que posee características cercanas a vocal y a consonante.
La frecuencia de aparición de la letra w en el idioma español es de un muy bajo porcentaje, solamente de un 0,01 %, el más bajo de todas las letras del abecedario, seguido por la letra k y la y.
Usos de la letra w
En Electricidad: La letra W representa Watt, una unidad de energía eléctrica.
En Geografía: se usa como el signo internacional del punto cardinal Oeste, debido a su forma en inglés West, a donde pasa entonces como W.
En Física: se usa la W mayúscula como símbolo de Vatio, en honor entonces al científico que lo descubrió y estudió, Jacobo Watt.
Reglas de la letra w
La letra W, como las letras K e Y, solo se usan en algunos casos especiales:
- En los antropónimos que se originan en otros idiomas y sus derivados;
- En topónimos originarios de otros idiomas y sus derivados;
- En acrónimos, símbolos e incluso en palabras adoptadas como unidades de medida de curso internacional.
¿Qué valor fonético representa la w en otras lenguas?
/w/ (aproximante labiodental) o /eːw/→ neerlandés
/v/ → lenguas eslavas (ej: alemán)
/u/, /gu/ → español