Historia de las Medidas de Longitud de la Antigüedad
En el principio de la humanidad el hombre comenzó a utilizar las medidas de longitud de manera intuitiva. Pero aún no se conocen todos los sistemas empleados en la prehistoria. Es por ello, que al hablar de la historia de las medidas de longitud de la antigüedad no se tienen fechas específicas. Además, algunas civilizaciones como la griega, la maya, la japonesa y egipcia hicieron grandes aportes.
En el Museo Británico de Londres se conserva un tratado de medidas escrito por un egipcio en el año 1550 antes de J. C.
La primera unidad de longitud definida fue el codo, a menudo mencionado en la Biblia, que era la longitud del antebrazo desde la parte saliente del codo doblado hasta la extremidad del dedo medio extendido.
El origen fue la relación comercial: la necesidad de comprar y vender. A partir de ese momento, aparecen los pesos y las medidas, diferentes según los sitios y diversos según los productos. A la hora de contar, medir y pesar, las mejores unidades de mesura eran las derivadas del cuerpo humano: el dedo, la pulgada, el palmo, el codo, la braza, el pie, el paso… Aun así, la unidad que finalmente se impondría sería la vara.
En la antigüedad se consideraba que el hombre era la medida de todas las cosas. Por ello, todas estaban relacionadas con el cuerpo humano. Es el llamado sistema antropométrico, el cual comportaba una gran diversidad de medidas. Así aparecen estas medidas:
- Codo: unidad muy mencionada en la Biblia y una de las primeras unidades de medida empleadas en la antigüedad, cuando el hombre utilizaba partes de su cuerpo para hacer mediciones.
- Mano: equivale al ancho de la mano.
- Pie: equivale a 29,6 cm.
- Cuarta o palmo: es la medida entre la punta del pulgar y el meñique con la mano extendida.
- Braza: equivale a 1.67 m y resulta de extender ambos brazos.
- Cable: equivale a 120 brazas (200 metros), y se utilizaba para medir la distancia entre dos objetos no muy alejados.
- Pulgada: equivale a 2.54 cm. Es una medida inglesa que se utiliza mucho en la actualidad y que se emplea mucho en arqueología. Solemos apoyarnos en un conversor de pulgadas a cm para evitar equivocaciones cuando estamos trabajando con estos dos tipos de medidas.
- Paso: es la medida resultante entre un pie y otro al dar un paso.
- Milla: equivale a unos 1000 pasos y deriva de la expresión «mille passuum».
- Yarda: equivalía a la distancia desde la punta de la nariz hasta la punta del dedo medio con el brazo extendido.
- Legua: (del latín leuca) es una antigua unidad de longitud que expresa la distancia que una persona, a pie, o en cabalgadura, pueden andar durante una hora; es decir, es una medida itineraria, abarca distancias que van de los 4 a los 7 km.
El valor de la medida tradicional dependía del producto que se pesaba o que se medía. No era la misma la del pescado que la de la verdura. En Valencia por ejemplo, a mediados del siglo XIX la libra de carne era de 36 onzas, mientras que el pescado y el aceite eran de 18 y 12 respectivamente.
Para tratar de evitar los fraudes y la diversidad de medidas, los reyes y los señores intentaron controlarlas tratando de imponer unos patrones objetivos para unificar y fijar el sistema metrológico. La vara para la longitud, la libra para el peso, la barchilla para los áridos, el cántaro para el vino o la arroba para el aceite fueron las principales unidades de las cuales derivarían en mayor o menor proporción las demás.
Algunas de estas magnitudes, como la arroba, siguen de actualidad aunque solamente en lo que a su nombre se refiere. Con el tiempo ha pasado de ser una unidad de medida con la que pesar los animales, a convertirse en el símbolo inconfundible «@» de toda persona que tenga una dirección de correo electrónico.
Tableau de l'enseignement des poids et mesures. Fuente: Musée national de l’Éducation.
A lo largo de la historia ha sido una constante la búsqueda de patrones inalterables y únicos, no solo para facilitar el comercio y la industria, sino también para controlar y dominar la actividad mercantil. Así llegamos a finales del siglo XVIII cuando, de la Francia que salía de la Revolución, después de investigaciones y negociaciones diversas, se formuló y se puso en práctica esa medida universal llamada metro, exponente primero y fundamental del que posteriormente será el conocido Sistema Métrico Decimal.
Resultaba difícil recordar las distintas medidas y hace unos doscientos años, aproximadamente, algunos franceses decidieron determinar nuevas medidas de longitud. Los encargados de dicha medida fueron Jean Baptiste Joseph Delambre y Pierre Méchain, quienes entre 1791 y 1798, mediante unos estudios y cálculos establecieron una nueva unidad de medida, el metro.
El 28 de septiembre de 1889 la Comisión Internacional de Pesos y Medidas adopta nuevo prototipo para el metro que se materializó en un metro patrón de platino e iridio depositado en cofres situados en los subterráneos del pabellón de Breteuil en Sèvres, Oficina de Pesos y Medidas, en las afueras de París.
Del metro se deriva el metro cuadrado, el metro cúbico, y el kilogramo que era la masa de un decímetro cúbico de agua. Pero ¿cual es la equivalencia con otras unidades existentes?.
La legua (proveniente del latín leuca) es una antigua unidad de longitud que expresa la distancia que una persona, a pie, o en cabalgadura, pueden andar durante una hora; es decir, es una medida itineraria (del latín, iter: camino, periodo de marcha). Dado que una persona recorre normalmente a pie una gama de distancias , la legua se mantiene en esa gama, pero según el tipo de terreno predominante en cada país o según la conveniencia estatal, la palabra legua abarca distancias que van de los 4 a los 7 km. Sigue en uso de forma no oficial en algunas zonas de América Latina. La distancia exacta varía, no obstante, en distintos países.
El pie ha sido sustituido en casi todo el mundo por las unidades del Sistema Internacional de Unidades, pero sigue siendo de uso habitual en algunos países anglosajones, donde equivale a 30,48 cm. Es también la unidad de medida empleada en aeronáutica para hacer referencia a la altitud. El pie es una unidad de longitud de origen natural, basada en el pie humano, ya utilizada por las civilizaciones antiguas. La primera referencia histórica referida a una medida estándar del «pie» se relaciona con la civilización sumeria , gracias a una definición de la medida encontrada en una estatua de Gudea de Lagash.
Según la creencia más popular, se originó tras un descanso en una extenuante jornada de trabajo. El encargado de medir los bloques de piedra no era capaz de incorporarse y decidió que sería mucho más cómodo, para medir los bloques desde el suelo, utilizar los pies desde su posición. El pie romano, o pes, equivalía, como media, a 29,57 cm; el pie carolingio, anteriormente denominado pie drusiano o drúsico (pes drusianus), equivalía a nueve octavos del romano, esto es, aproximadamente 33,27 cm; y el pie castellano equivalía a 27,8635 cm. Actualmente el pie se utiliza sólo como unidad de medida popular en Estados Unidos , Canadá y Reino Unidos, donde equivale a 30,48 cm.
La pulgada también es una medida del Sistema Anglosajón de Unidades. También tiene un origen natural, equivalente al ancho de la primera falange del pulgar. Fue utilizada en muchos países, con diferentes equivalencias , que se corresponderían con la longitud de la falange del gobernante de turno. Tras la introducción del Sistema Métrico Decimal tan solo se conserva en algunos países anglosajones. Una pulgada castellana equivalía a 23,22 mm, mientras que la medida anglosajona actual equivale a 25,4 mm
La milla es otra de esas unidades que no forman parte del Sistema Métrico Decimal. Su origen proviene de la antigua Roma, donde equivalía a la distancia recorrida con mil pasos, siendo un paso la longitud avanzada por un pie al caminar. La milla romana medía unos 1.480 metros. La milla fue una de las principales medidas de longitud en el mundo occidental, aunque al igual que en los ejemplos anteriores, su longitud era distinta dependiendo del país. Actualmente se utiliza sobre todo en los países anglosajones y los de su ámbito de influencia, y equivale a 1.609,344 metros. También existe la variante de la milla náutica, que se introdujo en la navegación hace siglos, y fue adoptada por todos los países occidentales. En este caso se define como la longitud de un arco de 1′ de meridiano terrestre, y equivale a 1.852 m.
La libra tiene su origen en la antigua Roma , pero en este caso se trata de una unidad de masa. La palabra derivada del latín significa «escala o balanza», y sigue siendo de uso común, una vez más, en los países anglosajones, donde una libra se corresponde con 0,45359237 de nuestros kilogramos.
La arroba, antes de convertirse de nuevo en algo de uso cotidiano por su uso en internet, era una unidad de masa de uso común en hispanoamérica, Portugal y Brasil. En algunos países sudamericanos la arroba es de uso muy frecuente en los mercados, especialmente para la compra de verduras y otros alimentos, animales como los cerdos y todo tipo de ganado. Las fracciones de arroba suelen medirse en cuartillas, que es la cuarta parte de una arroba. Es más comúnmente usada en la comercialización de productos agrícolas. Como medida de masa , la arroba equivalía a 11,5002325 kilogramos. En Portugal se usa para pesar el corcho y en Brasil se usa para pesar el ganado vacuno. Hoy la arroba métrica equivale a 15 kg.
En el artículo único del REAL DECRETO 1317/1989, de 27 de octubre de 1989 (cien años después) por el que se establecen las Unidades Legales de Medida, publicado el 3 de noviembre, se dice que:
1.-El Sistema legal de Unidades de Medida obligatorio en España es el sistema métrico decimal de siete unidades básicas, denominado Sistema Internacional de Unidades (SI), adoptado en la Conferencia General de Pesas y Medidas y vigente en la Comunidad Económica Europea.
El 20 de mayo de 2019 fue un día especialmente señalado para los metrólogos del mundo entero, ya que entró en vigor una reforma histórica del Sistema Internacional de Unidades, el SI. Todas las unidades del SI están definidas a partir de constantes de la naturaleza, no quedando ya ninguna unidad vinculada a un artefacto material. Esta desmaterialización de las unidades supone una apuesta por la estabilidad a largo plazo de sus definiciones y la universalidad del acceso a las mismas, dos características que unidades basadas en artefactos materiales no podían garantizar.
En particular, el 20 de mayo nos despedimos del Prototipo Internacional del Kilogramo, conocido como “el gran K”, un cilindro de platino iridio conservado en el Bureau International des Poids et Mesures (BIPM), en Francia, cuya masa ha definido el kilogramo desde 1889. Este prototipo es el último artefacto material que ha servido para definir una unidad del SI.
La ambición de ligar nuestras unidades de medida a parámetros universales no es reciente. La idea se remonta a la revolución francesa, en la que el clamor popular exigía unidades de medida que no dependieran de la situación geográfica ni variasen en el tiempo. Ello condujo al nacimiento del sistema métrico decimal con el lema “A tous les temps, à tous les peuples” (para todos los tiempos, para todos los pueblos). El Sistema Internacional es el digno heredero del sistema métrico decimal y ha hecho suya la aspiración de establecer un sistema de unidades verdaderamente universal e imperecedero.