Los signos ortográficos son todas aquellas marcas que no se clasifican como letras ni números, y que se encuentran en los textos escritos, los cuales, son el conjunto de enunciados coherentes plasmados sobre cualquier medio gráfico manuscrito, mecanografiado o impreso.
Los signos de puntuación son reglas gramaticales que ayudan a interpretar y a definir las expresiones de un texto; facilitan la lectura y ayudan a entender la dirección de las palabras. A través de ellos podemos construir oraciones y textos que sean entendibles y correctos. Son elementales en la enseñanza.
«Sinespacionipuntuacion»
Puedeimaginarseunmundodondenoexistieranlospuntoslascomasolosespacios.
Si se le dificultó leer la frase anterior, demos gracias a los primeros hombres como Aristófanes de Bizancio, en el siglo II a.C., que tuvieron la genialidad de inventarse los espacios entre las palabras y de crear los primeros signos de escritura, esos que nos permiten escribir la frase inicial así:
“¿Puede imaginarse un mundo donde no existieran los puntos, las comas o los espacios?”.
Sin ellos nos ahogaríamos al leer y no entenderíamos ni la mitad. Los signos de puntuación no empezaron a consolidarse hasta la era de la imprenta. ¿Cómo leyeron hasta entonces?
Historia
Los primeros sistemas de escritura eran logográficos o silábicos, por ejemplo, escritura china y maya, que no necesariamente requieren puntuación, especialmente el espacio.
La escritura alfabética más antigua (fenicia, hebrea y otras de la misma familia) no tenía mayúsculas, ni espacios, ni vocales y pocos signos de puntuación. Esto funcionó siempre que el tema se restringiera a una gama limitada de temas (por ejemplo, la escritura utilizada para registrar transacciones comerciales).
El documento más antiguo conocido que utiliza puntuación es el Mesha Stele (siglo IX a. C.). Esto emplea puntos entre las palabras y trazos horizontales entre la sección de los sentidos como puntuación.
La mayoría de los historiadores creen que la puntuación como la conocemos hoy en día fue inventada para mostrar cómo un texto debía leerse en voz alta. En el siglo II el erudito Aristófanes de Bizancio (257- 185 a.C.) quien fue el Director de la famosa Biblioteca de Alejandría inventó un sistema formal de puntuación, también diseñó los acentos para ayudar a la pronunciación. Aristófanes sugirió a los lectores que aliviaran el ininterrumpido texto con anotaciones de puntos arriba, en medio y debajo de cada línea (comma, colon y periodus) que indicaran la entonación de lectura alta, media o baja, continúa Houston. Menuda tarea tuvo al intentar que Cicerón leyera con pausas los discursos. Más tarde, en el siglo V a. C., los dramaturgos griegos utilizaban algunos símbolos básicos para indicar dónde debían detenerse los actores.
La mayoría de los antiguos lenguajes escritos en sus formas originales (sánscrito, árabe, coreano, chino, japonés, etc.) utilizaban pocas o ninguna puntuación, aunque algunos manuscritos chinos de alrededor de 400-300 a.C. utilizaban a veces símbolos para denotar finales de capítulo y oración.
San Isidoro de Sevilla actualizó el sistema de Aristófanes, de forma que los puntos indicaran la duración de la pausa: breve (punto bajo), media (punto medio) y larga (punto alto) y «más allá de eso, relacionó la puntuación con el significado de forma explícita por primera vez en la historia».
A partir de entonces el «subdistinctio» o punto bajo ya no marcaría una simple pausa, sino que tomaría el lugar de la coma gramatical y el punto alto o el «distinctio finalis» indicaría el fin de una frase.
Boncompagno da Signa propuso un sistema de puntuación completamente diferente que incluía tan solo dos signos: la barra (/) y el guión (-). La primera indicaba una pausa, y el segundo el fin de una frase. La puntuación en su forma moderna debe mucho al Renacimiento y, en particular, al veneciano Aldo Manuzio (el hombre que cambió para siempre la lectura), pero también a la Reforma y la impresión de Biblias en lenguas locales. Estas, por supuesto, estaban destinadas a ser leídas en voz alta.
La puntuación se congeló en el tiempo con la llegada de la imprenta de Johannes Gutenberg. La mayoría de los signos que hoy se emplean fueron tallados en plomo para no volver a cambiar. La barra se acortó y curvó, y heredó uno de los nombres del sistema griego, convirtiéndose en la coma actual. A los dos puntos y al signo de interrogación se les sumaron el punto y coma y el signo de exclamación. Y el punto de Aristófanes quedó reservado para la pausa al final de cada frase.
Ahora, con las computadoras, la puntuación está otra vez revolviéndose. Probablemente un escritor cualquiera del siglo XV tendría dificultades para identificar los signos de puntuación del teclado, pero lo que más le sorprendería serían los emoticonos o los emoji. La puntuación no estaba muerta, solo estaba esperando el próximo tren tecnológico.
El inventario de signos ortográficos se ha ido modificando y enriqueciendo a lo largo de la historia de la escritura y hoy está constituido por un conjunto relativamente heterogéneo de elementos de diverso tipo y función. De acuerdo con sus principales funciones, los signos de puntuación se clasifican en tres grupos: de puntuación, diacríticos y auxiliares.
La lengua castellana utiliza una gran variedad de signos de puntuación, se pueden dividir en 2 grupos y estos son:
Signos de puntuación. Sus funciones son marcar las pausas y la entonación con que deben leerse los enunciados, organizar el discurso y sus diferentes elementos para facilitar su comprensión, evitar posibles ambigüedades en textos que, sin su empleo, podrían tener interpretaciones diferentes, y señalar el carácter especial de determinados fragmentos de texto —citas, incisos, intervenciones de distintos interlocutores en un diálogo, etc.—.
- coma
- comillas
- corchete
- dos puntos
- interrogación y exclamación
- paréntesis
- punto
- puntos suspensivos
- punto y coma
- raya (—)
Signos auxiliares. Sus funciones son muy variadas. Son aquellos que señalan pautas convencionales en los textos escritos, y de tal modo que ayudan a una mejor comprensión de los mismos.
- apóstrofo
- asterisco
- barra
- diéresis
- guion o guión (-)
- llave
- párrafo
- tilde
- lambda (^)
Dentro de la ortografía del español hay una mano: ☞. Propiamente, se llama manecilla y se encuentra en el grupo de signos auxiliares que la ortografía de nuestra lengua incluye como elementos de funciones diversas y de carácter accesorio. Si entre los signos de puntuación se encuentran formas tan conocidas como los puntos, las comas o los signos de interrogación, entre los auxiliares hay elementos más desconocidos como la barra vertical (|) cuyo nombre técnico es pleca, el calderón (¶) o el signo de párrafo (§) o quizás el signo de negación (¬) y también el antilambda (<>). Son signos menos usados, aunque en determinados escritos o ámbitos profesionales se utilizan más, por la función que asumen.
Y para encontrar algunos de estos símbolos extraños debemos recurrir al «Mapa de Caracteres» en la computadora.
En busca de los símbolos y caracteres perdidos
La mayoría de caracteres y símbolos habituales están en el teclado, pero algunos están ocultos y otros son más bien escurridizos. Veamos cómo recuperarlos.
Aunque los emojis se han convertido en la manera más práctica de ilustrar una conversación con dibujos y monigotes varios, desde siempre han existido los símbolos gracias al código ASCII (se pronuncia Aski), sólo están disponibles si conoces la combinación de teclas adecuadas.
ASCII está basado en el alfabeto romano y su función es la de estandarizar las maneras de cómo los ordenadores representan letras, números, acentos, varios signos y algunos códigos de control.
ASCII, acrónimo de American Standard Code for Information Interchange
(Código Normalizado Americano para el Intercambio de Información).
Si necesitamos recurrir a símbolos o caracteres poco habituales en Windows podemos acudir a una de sus herramientas más veteranas, el Mapa de Caracteres. Lo encontrarás gracias al buscador de Windows 10 o desde menú Inicio > programas > Accesorios de Windows.
Esta es una pequeña aplicación de escritorio de Windows. Consiste en una ventana independiente que permite ver todas las letras y símbolos disponibles en las diferentes fuentes de letra instaladas. Además, muestra su código ASCII que utiliza números desde el 0 al 127 y con qué combinación de letras se puede reproducir desde el teclado. Los sistemas informáticos actuales utilizan el código ASCII para representar y leer letras, números, símbolos y funciones llamado comúnmente «lenguaje máquina».
Con la ayuda del mapa de caracteres puedes elegir la fuente, el grupo de caracteres (como el Griego, o símbolos matemáticos y algunos emojis) y copiar los caracteres de texto que quieras. Los escribes en línea haciendo doble clic en ellos y luegos puedes copiar-y-pegarlos desde allí, adonde tu quieras.
Vayan probando con las fuentes que tienen instaladas en su computadora, normalmente podrán encontrar en la lista desplegable la fuente Arial (por defecto abre siempre en esa), Symbol, Webdings, Windings.