La escuela nro. 83 “General Roca”, ubicada en Rivadavia, entre Belgrano y España, es una de las más antiguas que tiene la ciudad de Comodoro Rivadavia. Nació formalmente el 6 de abril de 1905, como Escuela 24, luego de que los primeros vecinos exigieran una escuela para los chicos. También funcionó —de manera extraoficial— como internado.
La historia de aquel poblado que daba forma a lo que hoy es la gran ciudad petrolera, cuenta que allá por 1905, un grupo de inspectores de Educación visitó una y otra vez el pueblo hasta que en febrero de ese año, llegó desde La Pampa el maestro Isidro Quiroga y se convirtió en el director y único maestro de la escuela que se ubicaba en ese momento en un pequeño local alquilado por Guillermo Melconze en la calle San Martín. Junto a su esposa Jesusa Quiroga de Quiroga, sin estar nombrada daba algunas clases, principalmente de labores.
Las clases comenzaron el 6 de abril de 1905. Los chicos que hacían fila y tomaban distancia eran Estela, Sara y Rosa Spinazzola; Gregoria, Rafaela y Justina Lete; Leonor, Antonia y Andrea Pérez; Mariano, José y Pedro Tribbia; Juana, Victoria y Paulina Peral; Ana Corcoy; Emma, Clelia y América Pessolano y María Mato. La primera matrícula fue de 29 alumnos.
A los chicos del pueblo se sumaron los que empezaban a bajar de las lejanías cordilleranas, mestizos unos e indígenas puros otros. Entre ellos estaba José Chapala y otros chicos que venían del campo. Sus presencias obligaron al maestro a crear un internado escolar, nunca oficializado, porque sus alumnos no tenían dónde quedarse. Eran cuatro o cinco chicos que comían y dormían en las aulas. Doña Jesús se encargaba de la cocina y del cuidado de los pequeños.
No sólo los chicos necesitaban escuela. Por eso se auspició la creación de la Escuela de Telegrafía, que dictaba clases nocturnas gratis para adultos y también fue el motor de la Biblioteca Florentino Ameghino, anexada a la escuela.
Don Isidro, el director, el maestro, fue albañil, carpintero, electricista, padre, peón y profesor de idiomas.
MUDAN LA ESCUELA
En 1906, la escuela se mudó a un local de Cosme Massini, casi frente al Banco Nación. En ese edificio las autoridades y los vecinos recibieron al presidente Roque Sáenz Peña.
El maestro Quiroga era un hombre inquieto. En 1911, imprimió en hectógrafo el primer periódico quincenal “El Infantil” con trabajos de los chicos y comentarios de algunas noticias locales, escolares, sociales y de interés general. Con ello la escuela se afianzó como centro cultural y cívico del pequeño pueblo.
El 17 de setiembre de ese año, los vecinos ocuparon la escuela para votar en las primeras elecciones de autoridades municipales.
Año 1913. El maestro Isidro Quiroga (primero desde la derecha) junto a sus alumnos de la Escuela N° 24, en el edificio de San Martín al 100.
El cuerpo docente de la escuela de 1905 a 1914 fue el siguiente:
- Jesusa Quiroga de Quiroga
- Justina Suárez Sosa (viuda de Larrea)
- Sarah Coletto de Labeau
- María Luisa Molina de Silva
- Mercedes Lussarrela de De Girolano
- Rosa Mercado de Santillán
En 1914, la escuela se mudó al local de Francisco M. Fernández sobre la calle Güemes frente a la Seccional Primera de Policía. En esa nueva casa también funcionó el Juzgado de Paz y el Registro Civil.
En 1918, recibieron a otro Presidente de la Nación. Hipólito Yrigoyen llegaba a Comodoro Rivadavia, mientras la escuela necesitana más aulas para recibir a los numerosos chicos que arribaban con sus padres a poblar esta tierra.
La noche del 25 de agosto de 1923 fue trágica. Un incendio consumió una casa vecina y se propagó al local de la escuela, Juzgado de Paz y Registro Civil. Se perdieron papeles y materiales. Los chicos terminaron el año escolar en las precarias instalaciones del Colegio Catalina Daghero, que se construyó a instancias de las Hijas de María Auxiliadora. A fin de ese año, se produjo el traslado del maestro Quiroga a la Escuela Nº 2, que funcionaba en el campamento petrolero de Kilómetro 3. Mientras, en 1927, resultó trasladado a La Pampa. (No se obtuvieron más datos)
LA CASA PROPIA
Mientras los chicos terminaban el año escolar de 1923 en colegio prestado, se construyó un nuevo edificio en la calle Rivadavia, entre España y Belgrano. La escuela pasó a estar a cargo de Justina S. de Larrea.
En marzo de 1924, las clases comenzaron en casa propia, de ladrillos pintados de blanco y techo rojo, todo el material donado por Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Eso sí, la escuela era muy pequeña. Apenas dos aulas y la dirección, cuando hacían falta siete para ubicar a los 86 alumnos que ese mes empezaban las clases.
La Inspección Nacional de Escuelas nombró a un nuevo director. Llegó Emiliano Moyano que trabajó en ella hasta jubilarse, en setiembre de 1937. Entonces nombraron a María Teresa González de Strasser, profesora de enseñanza secundaria y doctora en Filosofía, que estaba como directora en la Escuela Nº 2 desde 1931.
Enseguida gestionó la creación de una nueva escuela, porque la 24 ya no podía contener a tantos alumnos. Así se creó la Escuela Nº 142, que empezó a funcionar en una casa alquilada en Rivadavia y 9 de Julio. También gestionó la Escuela Complementaria que recibió a 230 alumnos para 15 profesores, pero no fue reconocida por el Consejo Nacional de Educación y sólo funcionó dos años.
Los chicos y chicas tendrían que esperar varios años para continuar estudios complementarios o secundarios en el pueblo. Directores y maestros se renuevan, mientras que el edificio se cae de a poco. En 1948 el edificio fue demolido y la Gobernación Militar se encargó de construir un nuevo edificio. El ciclo lectivo del año 49 comenzó en casa nueva, olía a pintura fresca, tenía calefacción y cada grupo dispondía de su propia aula, pero faltaban maestros.
La Escuela Nacional 24 se transformó después en la Escuela Provincial 83 y hoy continúa ubicada en el corazón del centro, en una manzana que Policarpo Coronel, encargado de la mensura del pueblo, había destinado para el funcionamiento de una plaza.
CIEN AÑOS
En 2005 cuando la escuela cumplió 100 años se realizó un homenaje a los ex alumnos, aquel día el portero hizo sonar la campana como se hacía durante los primeros tiempos de clase y durante todas las mañanas. “Yo viví enfrente, en calle España. Sentir esa campana de nuevo revivirá recuerdos muy grandes. Por eso espero que el corazón me aguante”, reveló Jorge Prichard, un ex alumno que viajó desde Trelew en ese momento para asistir a los actos por el centenario a poco del inicio de las actividades.
Más tarde, en el segundo acto que se hizo en el Cine Teatro Español. Se homenajeó a Paulino Pérez, quien con sus 86 años fue reconocido como el alumno “más antiguo” aunque también se recordó a Blanca Echeverría, de 92 años, quien no pudo asistir por motivos de salud.