Alfonsina Storni Martignoni
29 de mayo de 1892, Sala Capriasca (Suiza) – 25 de octubre de 1938, Mar del Plata (Buenos Aires)
Biografía:
Hija de padres italo-suizos, nació allí casi por accidente, ya que la madre de Alfonsina, Paulina Martignoni, era maestra, y su padre, Alfonso Storni, había comenzado años antes un negocio en el que producía refrescos, hielo y cerveza en San Juan, Argentina, que les permitió ocupar un lugar de prestigio en la sociedad argentina en los primeros años de casados. Sin embargo, empezaron las estrecheces económicas y el padre empezó a beber y a desatender el negocio, por lo que el médico de la familia sugirió unas vacaciones, así que el matrimonio, ya con dos hijos, se fueron a vivir a Suiza en una estancia de la familia, ya que el padre, Alfonso Storni procedía del Ticino. Pero la familia volvió al poco tiempo a la Argentina, cuando Alfonsina tenía cuatro años de edad, en 1896.
Desde su llegada a San Juan la situación económica fue miserable, por lo que decidieron trasladarse a Rosario en 1901. Su padre, depresivo y alcohólico, falleció en 1906. Su madre decidió vincularse a la docencia y estableció una escuela domiciliaria. Alfonsina ayudaba a su padre en el espacio gastronómico que había puesto cerca de la estación del ferrocarril, pero la empresa quebró y ella y la madre se convirtieron en el sostén de familia, comenzando a realizar trabajos de costura.
En paralelo, Alfonsina siempre mostraba interés por las manifestaciones artísticas. Es así como llegó a reemplazar a una actriz en una compañía teatral que había llegado a Rosario. A partir de eso consiguió trabajo fijo en la compañía y comenzó a recorrer el país con el teatro.
Al interrumpir su carrera de actriz decidió volver a Santa Fe. Su madre, ya viuda, respaldó -junto con su nuevo esposo- a Alfonsina en las iniciativas que deseaba emprender.
Es así como Alfonsina decidió cursar sus estudios de docente en la Escuela Normal Mixta de Maestros Rurales de Coronda (Santa Fe). Allí el marido de su madre la ayudó a obtener el cargo de celadora para poder continuar con sus estudios y contar con una manutención.
En esos momentos, los profesores de Storni la motivaron para que comenzara a escribir, ya que observaban una peculiaridad de ella en ese campo. Tuvo como maestra a Carlota Garrido de la Peña, quien la incentivó a escribir y publicar, invitándola a trabajar en el boletín del colegio. A través de estas páginas se conocieron sus primeros escritos literarios y pedagógicos, ya que los días sábados la institución organizaba una serie de conferencias de perfeccionamiento, y muchas de ellas estuvieron a cargo de la poetisa.
Se conoce que durante esos días Alfonsina experimentó un método de enseñanza de la aritmética, donde se veía reflejada una pedagogía aplicada a transmitir conocimientos, uniendo la práctica con los saberes. Poco se puede encontrar escrito de estas prácticas, pero su accionar superó a los registros pedagógicos.
Los tiempos del Centenario convergieron en la vida de Alfonsina y en la ficción de La maestra normal, de Manuel Gálvez. En ese momento Alfonsina conoció a un hombre del cual se enamoró perdidamente, pero sufría al saber que estaba casado y que no pensaba cambiar de vida. Quedó embarazada. Desilusionada por este amor tomó la decisión de viajar a Buenos Aires para establecerse allí y encaminar su vida. El hecho de ser madre soltera la marcaría para siempre.
Solidarizándose con otras en su misma condición, participó en forma activa de la protección de madres solteras: apoyó el proyecto del senador socialista y periodista Enrique del Valle Iberlucea, quien había fomentado leyes protectoras para ellas.
Al llegar a Buenos Aires continuó ejerciendo la docencia en diferentes instituciones, como en el Teatro Infantil Lavardén y en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. En 1917 fue nombrada maestra directora del internado de Marcos Paz.
Sus años en la docencia quedaron en un segundo plano cuando empezó a frecuentar círculos literarios (como la Peña del Café Tortoni, organizada por el pintor Benito Quinquela Martín) y redacciones periodísticas. Publicó artículos en revistas como Caras y Caretas, Nosotros y el periódico La Nación.
Storni, también conocida por el seudónimo Tao-Lao, siempre reconoció ser una mente varonil encerrada en un cuerpo de mujer a la que le dolió haber nacido mujer. Por esos años sostuvo amistades con escritores de la época, en especial con Horacio Quiroga y Enrique Amorín. Comenzó a obtener reconocimientos y premios en el mundo de las letras. Concretamente por su libro Languidez (1920) recibió el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura, lo que la posicionó en un lugar de preponderancia entre sus pares hombres, hecho por demás infrecuente para una mujer en una sociedad marcadamente machista.
Finalmente la poesía se impuso sobre la docencia, aunque continuó vinculada con la educación, especialmente por la aparición periódica de producciones suyas que fueron llevadas a la escuela en la revista La Obra, una de las más emblemáticas a partir de los años ’20 en nuestro país.
A mediados de la década del ’30 Alfonsina fue operada de un cáncer de mama. Su enfermedad fue empeorando lentamente, pero esto no le impidió continuar con sus actividades literarias.
El año 1938 se inició para Alfonsina con la alegría de un gran encuentro en Colonia, Uruguay. Allí se reunió en un acto con Juana de Ibarbourou y Gabriela Mistral. Confluían así las tres grandes poetisas americanas del momento.
Víctima de una enfermedad terminal, Alfonsina se retrae y apenas sale a la calle. Vive sus últimos años atemorizada por la muerte. El 25 de octubre de 1938 hallan el cuerpo de Alfonsina Storni en la playa de La Perla, en Mar del Plata. Al día siguiente se publica su último poema, Quiero dormir, en el diario La Nación.
Obras:
- Dos farsas pirotécnicas. Buenos Aires: Cabaut. Teatro.
- La inquietud del rosal. Buenos Aires: Librería de La Facultad, 1916. Poesía.
- El dulce daño. Buenos Aires: Sociedad Cooperativa Editorial Limitada, 1918. Poesía.
- Irremediablemente. Buenos Aires: Sociedad Cooperativa Editorial Limitada, 1919. Poesía.
- Languidez. Buenos Aires: Sociedad Cooperativa Editorial Limitada, 1920. Poesía.
- Ocre. Buenos Aires: Babel, 1925. Poesía.
- Poemas de amor. Buenos Aires: Porter, 1926. Poesía.
- Mundo de siete pozos. Buenos Aires: Tor, 1934. Poesía.
- Mascarilla y trébol. Buenos Aires: Mercatali, Impr., 1938. Poesía.
- Entre un par de maletas a medio abrir y Las maneci. Buenos Aires: Ediciones Católicas Argentinas, Tall. Graf. De, 1939. Discurso/Conferencia.
- Teatro infantil. Buenos Aires: R.J. Roggero, 1950. Teatro.
- Cinco cartas y una golondrina. Buenos Aires: Inst. Amigos del Libro Argentino, 1959. Miscelánea.
- Obra poética completa. Poesías completas. Buenos Aires: Sela, 1968. Poesía.
Reconocimientos:
El 18 de noviembre se realizó un homenaje en la Universidad de Montevideo, organizado por la Sociedad Arte y Cultura Popular. Juana de Ibarbourou envió unas palabras, María V. de Muller expresó que se había perdido a una amiga insustituible, Eduardo J. Couture analizó Voy a dormir y el poeta Carlos Sabat Ercasty compuso un soneto.
El 21 de noviembre de 1938 el Senado de la Nación le rindió un homenaje con un discurso del senador Alfredo Palacios, quien se centró en el contexto social para explicarse con claridad.97 Palacios dijo:
Nuestro progreso material asombra a propios y extraños. Hemos construido urbes inmensas. Centenares de millones de cabezas de ganado pacen en la inmensurable planicie argentina, la más fecunda de la tierra; pero frecuentemente subordinamos los valores del espíritu a los valores utilitarios y no hemos conseguido, con toda nuestra riqueza, crear una atmósfera propicia donde puede prosperar esa planta delicada que es un poeta.
Alfredo Palacios
En la costa de Mar del Plata, en la playa La Perla, se erige un monumento realizado por el escultor Luis Perlotti, que es utilizado como lugar de peregrinación y de escritura de grafitis.98 Similar reconocimiento se le ha realizado en otra localidad costera de la provincia de Buenos Aires, Santa Teresita, donde una estatua de su figura fue emplazada en la Avenida Costanera y Calla 30.
En la ciudad de Punta Arenas se erige un monumento dedicado a la poeta, ubicado en la plaza que está en Avenida Cristóbal Colón con Avenida España. Fue inaugurado en 1973 por las municipalidades de Punta Arenas (Chile) y de Ushuaia (Argentina), dedicado a la muestra de fraternidad e integración entre ambos países. Este busto de bronce, sobre un monolito de roca y cemento, fue creado por el escultor Montero Martinelli.
Su suicidio inspiró la canción «Alfonsina y el mar», de Ariel Ramírez y Félix Luna, que ha sido interpretada por innumerables músicos de lengua española, destacándose la versión de Mercedes Sosa y la versión de Chabuca Granda. El grupo de música celta Bad Haggis también grabó una canción titulada «Templo de agua», inspirada en el suicidio y compuesta e interpretada en colaboración con el panameño Rubén Blades.99 También los compositores argentinos Saúl Cosentino y Juan María Solare han musicalizado diversos poemas suyos. Desde 1996 hasta 2010, la actriz Amelia Bence la interpretó en «Alfonsina, el mar y yo» (obra que intercalaba música y poesía) en diversos teatros latinoamericanos. Ella fue alumna de Storni en el Teatro Infantil Lavardén durante la década de 1920.100
Con motivo de la celebración del septuagésimo aniversario de su muerte, la Asociación Mujeres en el Arte de Valencia en colaboración con O2 Project decidió rendirle un homenaje a la poeta, para lo cual se realizaron una serie de conciertos en Nueva York, Luxemburgo, Bremen y Buenos Aires entre enero y julio de 2009 con obras musicales basadas en sus textos.
Varias calles llevan su nombre en localidades de Argentina como en el barrio porteño de Saavedra, en el barrio Paso Piedras de la localidad de Junín, en Rosario, en Concepción del Uruguay y en Mar del Plata. En España, la ciudad de Santander también tiene una calle nombrada en su honor.