José de Calasanz nació en Peralta de Calasanz, España el 11 de septiembre de 1557. Era hijo de Pedro Calasanz, herrero y alcalde del pueblo, y de María Gascó.
A los doce años se va a estudiar al colegio de los padres Trinitarios, ubicado a unos 20 Km. de su casa natal. Era un joven estudioso, responsable, generoso y con una gran simpatía personal, que le permitía tener muchos amigos entre sus compañeros de estudios.
A los catorce años toma la decisión de hacerse sacerdote. En un primer momento no cuenta con la aprobación de sus padres, ya que había muerto su hermano mayor y su padre pensaba que José había de encargarse de la administración de las propiedades de la familia.
Finalmente consigue la aprobación de su familia y es ordenado sacerdote en 1583, a los 25 años. Por consejo del Obispo de Seo de Urgell, se va a Roma en 1592. Estando en esa ciudad el río Tíber se desborda provocando una terrible inundación. Centenares de familias pobres quedaron sin techo, sin alimentos y hubo más de dos mil muertos. José de Calasanz trabaja infatigablemente en la ayuda a los afectados.
Así es como se integra a un grupo de personas que se dedicaban a ayudar a los enfermos, y comienza a recorrer los barrios. Allí es cuando le impacta la situación de tantos niños que no pueden ir a la escuela por falta de medios económicos. Entonces comienza a pensar, a reflexionar, y entonces le surge la idea de crear una escuela gratuita abierta a todos los niños, sobre todo a los más necesitados. Propone su idea a las autoridades eclesiásticas y a gente cristiana rica, pero se la rechazan. José de Calasanz no se desanima. Consigue una sacristía en la parroquia de Santa Dorotea y organiza la primera escuela gratuita de Europa que empieza a funcionar en el año 1597.
Los alumnos, que al principio eran pocos, no tienen medios para comprar material escolar; pero Calasanz emplea para ellos el poco dinero que recibe de su trabajo con el Cardenal de Colonna. Además, contagia con su entusiasmo a otros profesores jóvenes, que le brindan su apoyo y a partir de entonces dedicará su vida a abrir escuelas para todos los niños.
Nunca volvió a su tierra. Se quedó definitivamente en Roma, dando el ejemplo de vida que muchos jóvenes han seguido y siguen aún hoy.
Murió el 25 de agosto de 1648. El papa Clemente XIII en 1767 lo proclamó santo, y Pío XII lo nombró Patrono de las escuelas cristianas populares.
José de Calasanz comprendió la importancia de la educación. Por eso, defendió la educación gratuita y obligatoria, desde la infancia y trató de incorporar a los más pobres, favoreciendo la integración de las distintas clases sociales. Además, dignificó la tarea del educador.
En el año 1621 escribió: «El ministerio de la enseñanza el más digno, el más noble, el más meritorio, el más beneficioso, el más útil, el más necesario, el más razonable, el más de agradecer, el más agradable y el de mayor gloria.»
Fundador de los Escolapios
La Orden de los Clérigos Regulares pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías (Ordo Clericorum Regularium pauperum Matris Dei Scholarum Piarum, Sch. P., o S. P.), más conocidos como escolapios, llamados también piaristas en países germanoeslavos y anglosajones y calasancios en algunos iberoamericanos, es una orden religiosa de derecho pontificio, fundada por san José de Calasanz en el siglo XVII, para dar respuesta a la necesidad educativa de los niños pobres de Roma, desde donde se extendió por toda Italia y Europa.
San José de Calasanz fue declarado en 1948 «patrono universal de todas las escuelas populares cristianas del mundo» ya que en 1597 creó la primera escuela pública popular gratuita en Europa. Proclamó el derecho a la educación de todos los niños y luchó por ella, siendo perseguido por este motivo. Pero al mismo tiempo teniendo un éxito espectacular por responder a los retos y expectativas de su tiempo.
En la República Argentina, al cumplirse el 450° aniversario del natalicio de San José de Calasanz, declarado Protector de todas las escuelas primarias y secundarias del Estado y establecimientos de enseñanza incorporados a las mismas mediante la ley 13.633 de 1949, la Secretaria de Comunicaciones aprobó la emisión de un sello postal conmemorativo del Correo Oficial referido a este santo maestro de pedagogos que fue precursor de la enseñanza pública, popular y gratuita. Se conmemora el 25 de agosto de cada año.