En el año 1816, en Tucumán, la provincia más chica del Virreinato del Río de la Plata (actualmente República Argentina), los representantes de cada provincia decidieron reunirse para firmar un Acta donde declararían la Independencia y así ser libres para siempre. Tuvieron que viajar mucho para llegar a Tucumán, superar todo tipo de problemas y peligros. Viajaban a caballo, en diligencias y en carruajes por caminos muy difíciles, en medio del frío y muchas veces con hambre. Todo se justificaba, iban hacer algo importante por su pueblo: liberarlo por fin del rey de España.
Datos curiosos:
La llamada «Casita de Tucumán» se ubica en San Miguel de Tucumán, capital de la provincia de Tucumán. En el año 1816 pertenecía a la señora Francisca Bazán de Laguna, quien amablemente prestó su casa para que allí se realizara la reunión donde se firmaría el Acta de Independencia.
Esta casa fue elegida como la más apropiada para esta reunión tan importante ya que era una casa amplia, en muy buen estado y estaba ubicada cerca de la plaza de la ciudad. Cuentan que la señora Francisca, dueña de la casa en aquel momento, mandó a ampliar la sala para que pudieran entrar cómodamente todos los representantes de las provincias.
Para que se desarrollara la reunión, pidieron prestadas las sillas de las Iglesias de Santo Domingo y San Francisco y los muebles que se usaron fueron prestados por los vecinos, todo el pueblo quería colaborar. Don Bernabé Araos, gobernador de Tucumán en aquel momento, prestó los muebles de escritorio y el tintero. Ademas se instalaron 8 candelabros para que la sesiones pudieran desarrollarse también en horas de la noche.
En 1903, el presidente Julio Argentino Roca ordenó su demolición por el mal estado de su estructura, pero dio la expresa orden de que se conservara el salón que reunió al Congreso. El 12 de agosto de 1941 se convirtió en Monumento Histórico Nacional y recién dos años más tarde se terminaron los trabajos de conservación y remodelación. Lo único que conserva la casa de su arquitectura original es el salón en donde se proclamó la independencia. El resto fue reconstruido.
Actualmente la Casa de Tucumán cuenta con ocho salas destinadas a exposiciones permanentes, archivos documentales y de noticias, una biblioteca y una fototeca.
Fuente: https://casadelaindependencia.cultura.gob.ar/
10 cosas que no sabías sobre la independencia argentina
1- El Congreso de Tucumán, asamblea encargada de los asuntos de la revolución, inició las reuniones para declarar la independencia en marzo de 1816, pero logró concretarse cuatro meses después.
2- La mayoría de las calles del actual barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires, llevan los nombres de los congresales de Tucumán
3- El nombre Provincias Unidas del Río de la Plata designaba no solo a la actual Argentina, también abarcaba los países Uruguay y Paraguay.
4- Durante las juntas del Congreso se propuso elegir como forma de gobierno una monarquía constitucional y no una república, ya que se consideraba a la primera como un sistema más estable.
5- La independencia se realizó en un momento donde no menos de doce periódicos hablaban de «revolución» antes del 9 de julio.
6- Irónicamente, uno de sus héroes de la Independencia, José Francisco de San Martín, luchó a favor de España en las guerras napoleónicas.
7- Hawai fue la primera nación que reconoció la independencia Argentina, en 1818. El rey Kamehameha I firmó un tratado de comercio con el representante de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Hipólito Bouchard.
8- Portugal reconoció nuestra independencia en 1821, Estados Unidos en 1822 e Inglaterra en 1823.
9- España recién admitió que éramos independientes en 1863.
10- La Virgen Santa Rosa de Lima fue declarada Patrona de la Independencia de América, por iniciativa de Fray Justo Santa María de Oro, el 14 de septiembre de 1816.
Fuente: Mendoza Post
10 de Julio de 1816 – Un día muy especial
El martes 9 de julio de 1816 estaba muy soleado y a eso de las dos de la tarde los diputados del Congreso empezaron a sesionar. A pedido del diputado por Jujuy, Sánchez de Bustamente, se trató el «proyecto de deliberación sobre la libertad e independencia del país». Y todos estuvieron de acuerdo en declarar la independencia. Ese día no hubo fiestas, pero todos se prepararon para los festejos del día siguiente.
Los actos empezaron a las nueve de la mañana con una misa celebrada por el sacerdote Castro Barros. Asistieron todos los diputados, el gobernador Aráoz y el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón.
En la plaza esperaba la gente. Era miércoles, pero parecía un domingo. Unos con ponchos y botas, otros con galeras y chaquetas, escuchaban a los cantores que interpretaban cielitos y zambas que tenían como tema principal la Independencia, aunque siempre mezclaban en su repertorio canciones de amor, que tanto le gustaban a las chicas.
Después de la misa los congresales tenían que seguir trabajando. Quedaban varios asuntos por resolver. Se hicieron tiempo para mezclarse con la gente y compartir unos ricos pastelitos y volvieron a sus tareas. Pero tuvieron que seguir sesionando en la casa del gobernador Aráoz, porque el salón congresal estaba siendo preparado y adornado para el baile de la noche.
En una breve sesión nombraron a Pueyrredón Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata y designaron a Belgrano General en Jefe del Ejército del Alto Perú, en reemplazo de Rondeau, muy desprestigiado tras la derrota de Sipe-Sipe.
El Director Supremo partió esa misma tarde para Córdoba, donde lo esperaba el general San Martín para tratar un tema secreto. Después se supo el contenido de las conversaciones que duraron dos días: el cruce de los Andes, la Independencia de Chile y el Perú.
Venga a bailar
La ciudad de Tucumán estaba llena de flores, guirnaldas y banderas. Por la noche se armaron varias peñas y bailes de festejo. Se había esperado mucho para declarar la Independencia y la gente quería expresar su alegría.
En la casa histórica el baile se armó en el salón principal. Allí estaba la orquesta y algunos paisanos guitarreros. Porque se bailaba el minué, pero también la zamba. Entre los que mejor bailaban, se destacaba el general Belgrano, que no se despegó en toda la noche de la muy bonita Dolores Helguero, la futura madre de su hija.
Por allí andaban las chicas más lindas de Tucumán, así que decidieron elegir a la reina de la fiesta. Como en un concurso de Miss Argentina, se armó un jurado y salió electa Lucía Aráoz a la que llamaron «la rubia de la Patria». Todos quisieron bailar con la reina, que al final de cuentas y de tantas discusiones y propuestas monárquicas fracasadas en el congreso, fue la única que logró, con su belleza, poner de acuerdo a monárquicos y republicanos en proclamar, aunque sea por una noche, a alguien con título real.
Más bailes…
El gobernador Aráoz pensó que ese baile había sido para unos pocos y que no estaba nada mal armar uno bien grande para todo el pueblo de la ciudad. La fecha fijada fue el 25 de julio. Primero hubo un desfile militar y varios discursos, entre los que se destacó el de Belgrano, que conmovió mucho a la concurrencia. Allí, el general exaltó los valores de la libertad, rindió homenaje a los caídos en la lucha por la independencia y presentó en público su idea de un gran imperio del Sur, gobernado por un descendiente de los incas. Luego, lentamente se fue armando el baile.
Fuente: El Historiador