Dado que estamos en el mes de las Matemáticas, decidimos dedicar un post a la letra «X» que tiene usos en lenguaje y ciencias.
La letra X (equis) es la vigesimoquinta letra y la vigésima consonante del alfabeto español, y la vigesimocuarta letra del alfabeto latino básico, presenta varias pronunciaciones diferentes. Es uno de los puntos en que aparecen desajustes entre escritura y pronunciación en nuestra lengua.
El origen exacto del signo X se desconoce. Los griegos representaban el sonido [ks] con un signo derivado de la letra fenicia semk, dejando el signo X para el sonido velar oclusivo aspirado [kʰ], transcrito habitualmente en latín como ch. El nombre latino de la letra iks es tardío; la pronunciación ordinaria es [ks] o [ɣs]. Su nombre en español, equis [ˈekis], proviene del latín ex [eks].
La primera posibilidad es pronunciar la equis como [ks]. Esto ocurre sobre todo cuando va entre vocales, por ejemplo, examen [eksámen], taxi [táksi]. Más relajada y también correcta es aquí la pronunciación [gs]: [egsámen, tágsi]. En este contexto se pueden oír también versiones simplificadas en [s], pero se perciben como vulgares o, en el mejor de los casos, muy informales: [esámen, tási].
Las realizaciones [ks] y [gs] también son posibles cuando la x va seguida de consonante, como en texto [téksto]. Esto es frecuente en las variedades americanas del español. En España esa pronunciación se reserva para el discurso esmerado o enfático. Lo corriente es pronunciar aquí simplemente [s]: [tésto]. Esta simplificación es impecable desde el punto de vista de la norma.
También encontramos la pronunciación [s] en posición inicial de palabra, generalmente en helenismos como xenofobia [senofóbia] y xilófono [silófono], aunque nuestros amigos mexicanos también ponen su granito de arena con algún nombre como Xochimilco [sochimílko]. La pronunciación [ks] en esta posición no solamente resulta difícil para los hablantes de castellano, sino que se siente claramente como pedante.
Y hablando de México no debemos olvidar que México, Texas y Oaxaca se dicen, respectivamente, [méjiko, téjas, uajáka] y nunca [méksico, téksas, oaksáka]. La pronunciación de x como jota también rige para algunos nombres propios de persona que mantienen esta letra como arcaísmo gráfico, por ejemplo, Ximénez [jiménez].
Como ves, la pronunciación de esta letra tiene sus complicaciones, aunque procuramos exponer los casos más importantes.
El ideal de una escritura alfabética es que haya una grafía y solo una para un sonido y viceversa. En la práctica, raramente se encuentran sistemas de escritura que cumplan esto (si es que hay alguno). Esta correspondencia se ve alterada también por otros fenómenos como la digrafía, trigrafía, heterografía, etc.
Continuando…
Lo del mapa con una X que marca la ubicación de un tesoro pirata es un mito sin fundamento histórico, una invención de novelistas como Robert Louis Stevenson o Edgar Allan Poe. Sin embargo, la X siempre se ha asociado al misterio, a lo desconocido, a la incógnita. Sobre todo en el ámbito de las matemáticas.
Pero ¿por qué se usa una X para designar una incógnita y no cualquier otra letra? ¿Quién empezó a usarla así? Una razón podría residir en nuestra dificultad por entender a los árabes.
Por qué «X» es la incógnita? charla TED
Texto original (traducido)Hace unos seis años decidí aprender árabe, que resulta ser un lenguaje supremamente lógico. Escribir una palabra, una frase o una oración en árabe es como elaborar una ecuación, ya que cada parte es extremadamente precisa y contiene mucha información. Esta es una de las razones más importantes por las que hemos llegado a pensar que los persas, árabes y turcos fueron los que realmente desarrollaron la ciencia occidental, las matemáticas y la ingeniería en los primeros siglos de nuestra era.
El problema de los profesores medievales españoles que tenían la tarea de traducir este material es que la letra SHeen y la palabra shalan no podían llevarse al español porque el español no tiene esta SH, este sonido “sh”. Por convención, crearon una regla por la que tomaron prestado el sonido CK, “ck”, del griego clásico en la forma de la letra Ji.
– Descartes escogió la X como incógnita
Aunque la anterior hipótesis es comunmente aceptada, realmente no hay evidencias históricas que apoyen esta explicación. Según el libro «Historia de las notaciones matemáticas» se asocia esta convención con Descartes, al igual que muchas otras implementadas por el matemático francés. Al principio algunos historiadores pensaron que estaba relacionada con un símbolo parecido a la X que utilizaron algunos escritores alemanes. Pero ahora simplemente se cree que Descartes adoptó x, y, z para cantidades desconocidas para diferenciarlas de las que había tomado para las conocidas a, b, c.
Imagínense la escena en el laboratorio del científico:
* Eh, Klaus. Acabo de descubrir unos rayos nuevos.
– Vaya, Röntgen, enhorabuena. ¿Y cómo los vas a llamar?
* Había pensado en llamarlos rayos catódicos.
– Pero hombre, esos ya están inventados.
* Bueno, pues entonces rayos X.
– Me gusta, tiene fuerza y es original.
* Sí, y además no tengo ni idea de que están hechos.
¿Por qué los rayos X se llaman “equis”?
Si pensabas que el origen de la «equis» es el mismo que el del cine X por su capacidad de desvelar “lo tapado”, nada más lejos de la realidad…
Los rayos X fueron descubiertos en noviembre de 1895 por un persistente físico alemán llamado Wilhelm Conrad Röntgen, que experimentaba con la impresión de placas fotográficas y con la luz producida por un antecesor de los tubos fluorescentes de hoy: el tubo de Crookes.
Una tremenda subida de tensión eléctrica hizo saltar todo el experimento por los aires, y Röntgen, para poder continuar con su trabajo, tuvo que usar unas nuevas placas fotográficas que tenía guardadas en un cajón cercano. Pero, al revelar estas placas, aparecieron impresos los objetos que las tapaban dentro del cajón. Así dedujo que la luz de la subida de tensión previa había atravesado los cajones y los objetos hasta llegar a impresionar las placas.
Röntgen se encontraba ante una inquietante “luz” invisible al ojo humano que era capaz de atravesar objetos sólidos y al mismo tiempo impresionar las placas fotográficas. El fenómeno constituía una incógnita para las teorías de la física ondulatorias clásicas del momento. Por eso, decidió bautizar esas radiaciones como ”incógnitas o desconocidas”, dado que en física y matemáticas la letra «X» designa una incógnita en cualquier ecuación. Así es como se las conoce en todo el mundo salvo en su país de origen, Alemania, donde conservan el nombre de su descubridor: “Röntgenstrahlung” («radiación de Röntgen», literalmente). Como nota curiosa cabe señalar que el halo de misterio que al principio envolvía a los rayos incógnita fue una de sus primeras aplicaciones y motivó que fueran exhibidos en circos ambulantes, donde se mostraban como uno de los enigmas de la naturaleza.
José Ramón Román es profesor Colaborador de la Universidad de Sevilla en las Facultades de Odontología y Medicina. Artículo escrito en colaboración con la UCC+i de la Universidad de Sevilla.
La letra X siempre se asocia a un misterio. Y si no que se lo digan a Röntgen, el descubridor de los rayos X, que ni corto ni perezoso al desconocer la naturaleza de estos decidió llamarlos X sin buscarse más complicaciones.
Parece claro pues, que X representa lo desconocido aunque una curiosa excepción la constituyen las películas X, que al contrario de lo que pasa con los rayos antes citados, todo el mundo conoce sus contenidos. Estos están poco relacionados en la mayoría de los casos con el mundo científico, pero sin embargo cuentan con numerosos entusiastas.
Lo que sí está relacionado con el mundo científico y de forma muy directa son los cromosomas. Y es sabido que a la pareja cromosómica que define la sexualidad de la mujer, se la denomina como pareja XX, razón por la cual la mujer es mucho más misteriosa y no llegan a ser comprendidos sus pensamientos por parte del hombre, cuya pareja cromosómica sólo tiene una X siendo llamada XY. De ahí el conocido dicho: “no hay quien entienda a las mujeres”.
Sólo existe un caso en el que X represente un número conocido y se debe a los romanos. Hombres prácticos donde los haya, decidieron dejarse de ecuaciones y de mandangas, y resolvieron por decreto imperial que la X valía diez, que la V valía cinco, y al que diga que no lo echamos a los leones.
Si después de leer todo esto la letra X le resulta más simpática, coja un boleto quinielístico y rellénelo con quince esplendidas X, nada de unos ni doses, todo X. No le garantizamos que vaya a acertar los quince resultados, pero si así fuese probablemente sería usted el único acertante del pleno al quince.
Anímese a emplear esta letra cargada de simbología, y cuando alguien le pregunte cuando va a devolver ese dinero que le prestaron, encójase de hombros, y diga: “Equis”.
– Llámalo equis
Se cree que esta expresión que oímos frecuentemente y utilizamos para referirnos a cosas desconocidas o de las que da lo mismo que sea algo o lo otro se lleva utilizando más de cien años. De hecho, en inglés está registrada desde el siglo XIX, posiblemente con la Ilustración se extendieron las expresiones matemáticas al ámbito popular. Sin embargo, el diccionario de la Real Academia Española no recoge esta expresión, sino que podemos encontrar llámalo hache, en su lugar. La verdad es que esta forma sólo se la escuché a mi abuela, pero puede que haya sido más popular en el pasado. Por otro lado, el la definición de x encontramos una acepción que nos refiere a la letra n, en donde pone «signo con que se suple en lo escrito el nombre propio de persona que no se sabe o no se quiere expresar». Bueno, algo es algo.
Si querés saber por qué se utiliza X, para referirse al miércoles en algunos calendarios, échale un ojo al siguiente artículo:
Pues sí, hoy es miércoles, día X de la semana. ¿Día equis? ¿Día 10? Día X. En los calendarios, el miércoles aparece marcado como una X. Claro, así no se confunde con el martes.
Y hasta aquí llegaba el fluir de mi pensamiento hasta que hoy me he preguntado por qué demonios utilizan una «X» y no cualquier otra letra. Lo más normal sería poner una «I» que va después (¿o detrás?) de la «M». Entonces, ¿por qué la «X»?
Por lo que he encontrado en internet, no hay demasiado consenso. Las teorías más aceptadas son:
– Por la influencia de Alfonso X el Sabio en la normalización ortográfica y traducción de manuscritos con abundantes abreviaturas.
– Porque el miércoles, al ser día de Mercurio, se relaciona con la palabra latina merx («mercancía»).
– Por referencia a algún símbolo o significación cristiana, del griego Χριστος («Cristo»).
También se pueden leer teorías como que:
– Se usa la «X» por ser la letra comodín empleada para designar las incógnitas, firmas anónimas, etc.
– Se usa la «X» porque la gente se equivocaba al escribir dos emes seguidas y tenían que tachar la segunda porque no había otra manera de borrarlo (teoría absurda improvisada ahora mismo).
Como hemos visto, la letra Equis tiene diferentes usos… entonces, en resumen:
- En la numeración romana representa al número diez.
- En España, se usa para abreviar el día de la semana miércoles (X), evitando que se confunda con la abreviatura del martes (M).
- En álgebra, se usa como un número desconocido (incógnita) llamado «x».
- Para informática utilizamos la combinación del teclado CTRL + X para cortar un texto.