Los efectos fueron evidentes.
Amy Maplethorpe es una profesora estadounidense de primer grado académico en la clase de lenguas de la Escuela Primaria Raymond Ellis, y es la autora de la más brillante idea que alguien podría haber tenido para poder ayudar en el aprendizaje y la comprensión de niños con autismo, síndrome de Down o cualquier problema sensorial.
Ella armó una silla muy peculiar para que los pequeños pudieran concentrarse mejor y estar más cómodos. Usó pegamento, pintura y pelotas de tenis, y con eso les cambió la vida, y pudieron comenzar a disfrutar más las horas en el establecimiento.
La idea nació por algo similar que ella vio en Pinterest, donde luego ahondó más para descubrir qué era lo que un niño con esas características necesitaba usar para poder desarrollar mejor su capacidad de recibir información y procesarla.
“Las pelotas de tenis en el asiento y el respaldo proporcionan una textura alternativa para mejorar la regulación sensorial“.“Quería seguir abordando las diversas necesidades sensoriales presentes en la escuela y proporcionar una opción de asiento alternativo. Estaba emocionada de que esta silla pudiera ser beneficiosa para mis estudiantes“.
-Amy Maplethorpe, Facebook-
Fuente: UPSOL.cl