Por Maximiliano Fernandez | 22 de agosto de 2018 | Infobae
La discusión por la incorporación de la tecnología acaparó, en los últimos años, gran parte del debate educativo. Celular sí; celular no. ¿Cómo se debe usar? ¿En qué momentos? ¿Para qué materias? Y, más importante: ¿el uso de las TICs garantiza mejores aprendizajes? ¿O, al contrario, es contraproducente?
Primero el acceso, después el uso. De acuerdo a los cuestionarios complementarios de las pruebas Aprender 2016, un 15% de los alumnos argentinos no accede a computadoras ni internet. Sin embargo, el rol de la escuela resulta fundamental para igualar: el 86% de los estudiantes de niveles económicos más bajos concurre a establecimientos que les facilitan computadoras.
En cuanto a la incorporación a la dinámica escolar, las TICs se comienzan a usar cada vez a edades más tempranas. Mientras que solo el 5% de los estudiantes de secundaria tuvo acceso a la tecnología en el aula antes de los 6 años, la proporción asciende al 20% entre los chicos de primaria.
Los datos se desprenden de un nuevo estudio realizado en conjunto por Educar 2050 y Fundación Telefónica, que se propuso analizar el impacto de las tecnologías en los aprendizajes. Los resultados fueron dispares. En casos, se nota una mejora; en otros, un decaimiento. No obstante, aclaran, son tendencias mínimas, sin relaciones de causa y efecto.
«Distintos estudios ya muestran que las computadoras por sí mismas no tienen implicancias poderosas en los aprendizajes. Lo que sí tiene mucho éxito son los softwares adaptativos que trabajan de acuerdo al ritmo de cada estudiante», le dijo a Infobae Manuel Álvarez Trongé, presidente de Educar 2050.
En primaria, la mitad de los chicos declaró usar la PC en la escuela al menos una vez por semana. En secundaria, tan solo un tercio lo afirmó. Las actividades más mencionadas en los dos niveles fueron la búsqueda de información en internet y la producción de textos en clase. La frecuencia de otras actividades consultadas, como completar cuestionarios o resolver problemas matemáticos, es baja en todos los niveles socioeconómicos, ámbitos y sectores.
Pese a que tres cuartos de los chicos sostienen que sus docentes no permiten el uso del celular en el aula, los smartphones están más que extendidos. Y una curiosidad: el acceso temprano a un celular propio está asociado a una leve disminución en los resultados, tanto en matemática como en lengua.
«Tener celular en sí mismo no conlleva mejores resultados. Lo que importa es el uso pedagógico que se le da. El celular tiene un gran potencial para convertirse en una herramienta útil, pero por el momento aparece más como un distractor o, en muchos casos, los docentes ni los utilizan», explicó Anahí Pissinis, coordinadora del área de investigación de Educar 2050.
Al cruzar los datos de uso de TICs con desempeños, identificaron que el acceso a una computadora y a internet en el hogar se condice con mejores rendimientos de los estudiantes. «La idea intuitiva de que al contar con internet en sus hogares los jóvenes tienen acceso a un mayor caudal de información, que podría ayudarles en su rendimiento escolar, parece tener asidero en los datos», dice el informe.
En el desglose por actividad, la producción de textos en clase está asociada con mejores resultados en la prueba de Lengua, sobre todo, en secundaria. En cambio, la frecuencia en el uso de TIC para responder cuestionarios está ligada a un menor puntaje. Los cálculos o la resolución de problemas con herramientas digitales no arrojó cambios significativos en los desempeños.
Las redes sociales también se masificaron entre los estudiantes. La gran mayoría y las usa y, cada vez, más temprano. Un porcentaje menor, pero preocupante, dice que las utiliza para comunicarse con desconocidos. A su vez, se encontró una tendencia negativa entre el uso de Facebook, Twitter e Instagram y los rendimientos en las pruebas.
Con este panorama, ¿cuáles deberían ser los pasos a seguir? Para Álvarez Trongé, se necesita desarrollar un plan estratégico a nivel nacional que especifique el porqué y para qué de la tecnología en el aula. «El acceso a las TICSs no quiere decir por sí solo que reciban un saber innato. El docente como facilitador tiene un rol esencial, especialmente en un momento tan cambiante como este. Las tecnologías van a venir como un gran movimiento desde la primaria y deberán ser incorporadas como un derecho más. Como lo fueron los libros en otra época», sostuvo.