Algo muy común en los chicos: «Cantar por fonética»
Una maestra de música escuchó a uno de sus alumnos cantar «de oído» equivocando la letra
y como frecuentemente ocurre, quedó la anécdota dando vueltas, hasta que llegó a nuestro blog.
Upssss… no nos aprendimos la canción Aurora!!!
Faltaba mas… quien no cantó esta?
En casa decíamos: «Esta barra quilombera, no te deja, no te deja CALENTARRRRRRRR»
Esta me la contó un pajarito y no fue Twitter…
Ahora con tanta innovación, debemos contratar maestras más tecnológicas…
Y como ya estamos por arrancar las vacaciones (receso invernal),
les dejo unas anécdotas recopiladas por aquí y por allá para reir un ratito…
Febo asomaba en la Marcha de San Lorenzo pero estaba totalmente oculto a nuestro infantil entendimiento. Nunca comprendimos por qué una suela de zapato figuraba en una canción patria.
Fue así que aquella ínclita duda fue sublimada en el famoso cantito que circulaba en los recreos a la sombra de las maestras: «Febo asoma, punto y coma, los zapatos de mi abuela son de goma y los míos son de acero, para darle más trabajo al zapatero…».
El remate era escatológico, como para vengar históricas censuras a las canciones patrias:
«Avanza el enemigo rascándose el ombligo y a paso redoblado marcha todo cag**o».
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«Ved del trono a la noble igualdad», dice la versión del Himno Nacional en la página oficial del Ministerio de Educación.
«Ved el trono a la noble igualdad», apunta la página oficial de la Ciudad de Buenos Aires.
«Ved en trono a la noble igualdad» es el texto correcto y que seguramente ninguno canta igual.
Alude a la divisa de la Revolución Francesa «Libertad, igualdad, fraternidad» y nos insta a ver reinar el principio de igualdad ante la ley.
Y vendrán cosas peores…
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«Loor» es otra palabrita que por varios años guardó su cuota de misterio dentro del Himno a Sarmiento. Pero, niños al fin, la sustituíamos por la conocida «olor» aspirando la primera «o» y sin preguntarnos demasiadas cosas.
Años después la descubrimos por casualidad, por su similitud con «loar» y «loas» -elogio, alabanza-.
Cuando iba a la primaria, mis compañeros y yo solíamos cantar una simpática canción que decía: