Hoy se conmemora en Argentina el paso a la inmortalidad del General Belgrano.
“Militar a la fuerza”, fue además político, diplomático y periodista. Tuvo una actuación destacada como vocal de la Primera Junta, y también como militar y figura pública a lo largo de toda la década que siguió al 25 de mayo de 1810. Murió un 20 de junio en la extrema pobreza, pasando su deceso casi inadvertido para la sociedad porteña.
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, mejor conocido como Manuel Belgrano, nació en Buenos Aires, Argentina, el 3 de junio de 1770. Fue un abogado, político y militar. Es recordado además por ser el creador de la Bandera Nacional y el General que consolidó la Independencia con sus victorias en las Batallas de Tucumán y Salta (1812-1813).
Manuel Belgrano era un criollo de ascendencia italiana, hijo de un comerciante genovés radicado en Buenos Aires: don Domingo Belgrano Peri, y de doña María Josefa González Casero. Estudió latín, filosofía y teología en el Real Colegio de San Carlos y luego partió a España en las Universidades de Salamanca y Valladolid donde se graduó de bachiller.
En 1793, Belgrano recibió el título de abogado y ese mismo año, volvió a su natal Buenos Aires, siendo designado con tan sólo 23 años como primer secretario del Consulado. Desde allí, se propuso realizar un fomento la educación, por medio de la capacitación a las personas para que aprendieran distintos oficios y pudieran aplicarlos en beneficio del país. Para ello, creó escuelas de Dibujo, de Matemáticas y de Náutica. Pero Belgrano, pronto tomó conciencia, de que sus proyectos modernizadores pese a ser grandes e innovadoras ideas, serían irrealizables a causa de la administración colonial, y que sólo podrían hacerse posibles si se daba la Independencia que traería consigo el progreso.
"Fundar escuelas es sembrar en las almas"
De manera que, en 1806, durante las invasiones inglesas, Manuel Belgrano decidió incorporarse a las milicias criollas para defender la ciudad. A partir de ese entonces, compartió su enorme pasión por la política y la economía con una carrera militar que realmente no lo entusiasmaba demasiado, ya que pensaba que podía desempeñarse mejor aplicando sus amplios conocimientos económicos y políticos, que como soldado. A partir de ese momento, empezó a conspirar contra la dominación española impulsado por las noticias llegadas en 1809 sobre la ocupación de la metrópoli por el ejército francés.
Así, Manuel Belgrano se convirtió en uno de los dirigentes de la Revolución de mayo que tuvo lugar entre el 18 y 25 de mayo de 1810, que significó el punto de partida del proceso independentista, y sumado a ello, se desempeñó como vocal de la Junta que se creó en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810, también un embrión de lo que sería el futuro Gobierno de la Argentina.
“El honor y el premio son los resortes para que no se adormezca el espíritu del hombre”
(Manuel Belgrano)
Pese a que Manuel Belgrano no era militar profesional, fue nombrado General al mando del ejército del Paraguay, que fue formado con el objetivo de obtener la adhesión de dicho territorio al inminente proceso independentista, pero lastimosamente, resultó vencido por los paraguayos, lo que conllevó además al fracaso del intento de mantener la unidad entre Paraguay y Argentina. Aunque, cabe aclarar que pese a haber sido derrotado en las armas, consiguió dejar sembrado en las mentes y corazones de los jefes paraguayos el anhelo de libertad.
En 1812, Manuel Belgrano asumió la jefatura del Ejército del Norte y por ese entonces creó e izó por primera vez, en las barrancas rosarinas del Paraná, la bandera azul y blanca que pasaría a ser la bandera nacional.
Ese mismo año, al mando de sus tropas consiguió la victoria contra las fuerzas españolas del general Juan Pío de Tristán y Moscoso en la batalla de Tucumán y un año más tarde, en 1813 en la batalla de Salta, victorias que salvaguardaron la Independencia argentina al lograr contener la contraofensiva Realista proveniente desde el norte.
Pero, desafortunadamente, después de estos memorables hechos, vinieron las derrotas de Vilcapugio en octubre del mismo 1813 y la de Ayohuma en noviembre. Lo que conllevó a que Manuel Belgrano tomara la determinación de retirarse del Ejército del Norte.
En 1816, Manuel Belgrano participó de manera activa en el Congreso de Tucumán, donde el Congreso declaró formalmente la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y tomó como bandera nacional la que Belgrano había; sin embargo, su idea de formar una monarquía fue desoída y el Congreso hizo del Directorio el principal órgano ejecutivo.
Como premio por los triunfos de Tucumán y Salta, la Asamblea le había otorgado 40.000 pesos oro. Dinero que Belgrano, donó para la construcción de cuatro escuelas públicas ubicadas en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero. Pero lamentablemente, el dinero donado fue destinado por el Triunvirato y los gobiernos sucesivos a otras cosas.
Cabe destacar también que Belgrano, redactó un moderno reglamento para las escuelas que no se construyeron, donde promovía ideas como que el maestro debía ser bien remunerado al desempeñarse en una de las profesiones más importantes.
Aunque parezca increíble, Manuel Belgrano, murió en la absoluta pobreza el 20 de junio de 1820 en Buenos Aires, que entonces era asolada por la guerra civil, y sólo un diario, de entre los muchos que existían, “El Despertador Teofilantrópico” quiso publicar la noticia de su muerte.
¿Sabías que…?
*- Manuel Dorrego se burló de su voz por sonar aflautada. Esto molestó tanto a San Martín que lo suspendió del ejército. *- Creó la bandera argentina para darles identidad a las Provincias Unidas del Sur? Fue a orillas del río Paraná, en 1812, y se supone que estaba compuesta por dos franjas horizontales: una blanca y otra celeste. *- Escribió su autobiografía -según confesó- no sólo para que fuera útil a sus paisanos, sino también para “ponerme a cubierto de la maledicencia”. *- El general pidió a su hermana Juana, que lo asistía con el amor de una madre, que le alcanzase su reloj de oro, que tenía colgado a la cabecera de la cama. "'Es todo cuanto tengo para dar a este hombre bueno y generoso'", dijo dirigiéndose al doctor escocés que lo atendía, José Redhead, quien lo recibió "enternecido". *- Al morir Belgrano, por falta de dinero, su lápida se hizo con el mármol de la cómoda de uno de sus hermanos.
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano:
- Ideólogo de Mayo
- Estadista y Paradigma del Funcionario Público
- Pionero de la Educación Pública
- Promotor del Rol Social de la Mujer
- Impulsor de la Agricultura, la Industria y el Comercio
- Economista Político, Periodista, Ecologista y Abogado
- Protector de los Pueblos Originarios y Primer Constitucionalista
- General de la Independencia Hispanoamericana
- Precursor del Panamericanismo
- Padre de la Patria
- Creador de la Bandera Nacional y de la Bandera Nacional de la Libertad Civil
- Fundador de las Academias de Náutica, Dibujo y Matemáticas (En el reglamento se establecieron condiciones igualitarias para españoles, criollos e indios, incluso becas para los huérfanos).
Instituto Nacional Belgraniano: http://manuelbelgrano.gov.ar/
PROCLAMA DEL GENERAL MANUEL BELGRANO A LAS TROPAS DE JUJUY
«Manuel Belgrano, General en Jefe, al Ejército a su mando.
Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos: dos años ha que por primera vez resonó en estas regiones el eco de la libertad, y él continúa propagándose hasta por las cavernas más recónditas de los Andes; pues que no es obra de los hombres, sino del Dios Omnipotente, que permitió a los Americanos que se nos presentase la ocasión de entrar al goce de nuestros derechos: el 25 de Mayo será para siempre memorable en los anales de nuestra historia, y vosotros tendréis un motivo más para recordarlo, cuando, en él por primera vez, veis la Bandera Nacional en mis manos que ya os distingue de las demás naciones del globo, sin embargo de los esfuerzos que han hecho los enemigos de la sagrada causa que defendemos, para echarnos cadenas aún más pesadas que las que cargabais.
Pero esta gloria debemos sostenerla de un modo digno, con la unión, la constancia y el exacto cumplimiento de nuestras obligaciones hacia Dios, hacia nosotros mismos; a fin de que la Patria se goce de abrigar en su seno hijos tan beneméritos, y pueda presentarla a la posteridad como modelos que haya de tener a la vista para conservarla libre de enemigos y en el lleno de su felicidad. Mi corazón rebosa de alegría al observar en vuestros semblantes, que están adornados de tan generosos y nobles sentimientos, y que yo no soy más que un jefe a quien vosotros impulsáis con vuestros hechos, con vuestro ardor, con vuestro patriotismo. Sí, os seguiré, imitando vuestras acciones y todo el entusiasmo de que sólo son capaces los hombres libres para sacar a sus hermanos de la opresión. Ea, pues, soldados de la Patria, no olvidéis jamás que nuestra obra es de Dios; Que él nos ha concedido esta Bandera, que nos manda que la sostengamos, y que no hay una sola coa que no nos empeñe a mantenerla con el honro y decoro que le corresponde. Nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos, nuestros conciudadanos, todos, todos, fijan en vosotros la vista y deciden que a vosotros es a quienes corresponderá todo su reconocimiento si continuáis en el camino de la gloria que os habéis abierto. Jurad conmigo ejecutarlo así, y en prueba de ello repetid: ¡Viva la Patria!.»
Frases:
*- «Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos.»
*- «Sin que se ilustren los habitantes de un país, o lo que es lo mismo, sin enseñanza, nada podríamos adelantar»
*- «Se deben poner escuelas gratuitas para la niñas, de se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres.»
*- «Los niños miran con fastidio las escuelas, es verdad, pero es porque en ellas no se varía jamás su ocupación; no se trata de otra cosa que de enseñarles a leer y escribir, pero con un tesón de seis o siete horas al día, que hacen a los niños detestable la memoria de la escuela, que a no ser alimentados por la esperanza del domingo, se les haría mucho más aborrecible este funesto teatro de la opresión de su espíritu inquieto y siempre amigo de la verdad.
¡Triste y lamentable estado el de nuestra pasada y presente educación!
Al niño se lo abate y castiga en las aulas, se le desprecia en las calles y se le engaña en el seno mismo de su casa paternal. Si deseoso de satisfacer su curiosidad natural pregunta alguna cosa, se le desprecia o se le engaña haciéndole concebir dos mil absurdos que convivirán con él hasta su última vejez.»
Fuente: (El Historiador)